Energía Morfogenética

Energía Morfogenética
Fuerza de los Revolucionarios para luchar de manera inquebrantable por consolidar la Revolución Bolivariana

III Curso para Difusores e Investigadores del Socialismo Bolivariano

III Curso para Difusores e Investigadores del Socialismo Bolivariano
Se iniciia el 31.05 a las 08.30am en la UBV de Caracas, Los Chaguaramos, Piso 10, Sala Cruz Diez

Hacia la Capilla ardiente de 10 días

Hacia la Capilla ardiente de 10 días
Fueron cientos de miles quizás millones...no se sabe cuántos desfilaron frente a Chávez para darle su adiós

El Comunismo en Venezuela en 2017

El Comunismo en Venezuela en 2017
El comunismo hoy en día en el siglo XXI lo interpreto como el modo de vida que se fundamenta en la espiritualidad (razón política de energía morfogenética para luchar por transformar el mundo) del ser para organizar a la sociedad en componentes comunitarios que buscan alcanzar el Bien Común (racionalidad de justicia), la producción socialista y el poder popular expresado por vía del autogobiernC

Táctica y Estrategia de la Revolución Bolivariana en la coyuntura del 12 de Octubre

Táctica y Estrategia de la Revolución Bolivariana en la coyuntura del 12 de Octubre
Quienes creen en el Socialismo Bolivariano (Revolución), como otro modo de vida diferente al capitalismo, buscan la realización de actos dirigidos a transformar el capitalismo y generar una nueva estructura de relaciones humanas que invente el otro mundo posible.

El MNOAL y el Socialismo Bolivariano

El MNOAL y el Socialismo Bolivariano
La coyuntura en que se encuentra Venezuela al realizarse la Cumbre de los Países del MNOAL es una oportunidad, para el país que sigue de manera inexpugnable alcanzar la viabilidad de construir el Socialismo Bolivariano

La Revolución Bolivariana es un paradigma que guía a los movimientos emancipadores del mundo

La Revolución Bolivariana es un paradigma que guía a los movimientos emancipadores del mundo
La fuerza interior se crece para transformarse en ímpetu imbatible al dominar las ideas que proyectan el modo de vida sustentado en el socialismo, razón del reto contra las fuerzas de USA, de la derecha mundial y la globalización universal.

Talento, Bien Común y Virtud vs Fascismo, Odio y Destrucción

Talento, Bien Común y Virtud vs Fascismo, Odio y Destrucción
El Bien son los principios, la ética, la moral de la justicia, la razón del espíritu. El Bien es el amor al prójimo y la Buena Voluntad. El Mal es el odio, la devastación consciente, la intención de hacer daño, la negación de la idea, del pensamiento y de la Revolución.

La Carta Democrática Interamericana, instrumenrto de USA para mantener su hegemonía

La Carta Democrática Interamericana, instrumenrto de USA para mantener su hegemonía
No puede uno de sus miembros (OEA) invocar la aplicación de la Carta cuando se carece de moral política por ser violador de su articulado.

El Partido Político tiene que transformarse en estructura para la emancipación

El Partido Político tiene que transformarse en estructura para la emancipación
Democracia Directa es el nuevo estadio que tiene que asumir la Revolución Bolivariana una vez que el pueblo venza a la GNC, a la desestabilización, a la derecha mundial, al Comado Sur, al Departamento de Estado, a los gobiernos de la derecha mundial y al Presidente de USA.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

La vanidad de María Corina

Por casualidades de la cotidianidad vi en la estantería de una sala de espera de un centro odontológico a la diputada electa María Corina Machado en la portada de una revista “fashion” de los sectores burgueses de la sociedad caraqueña. Hojee sus páginas interiores y allí estaba ella, toda una dama modelando los signos exteriores de su estilo de vida. Inmediatamente la relacioné con las transmisiones del canal Fashion TV, canal por satélite dedicado a la lujuria del exclusivo mundo de la moda.

Fashion TV sirve para mostrar la cara hermosa de una de las industrias más lucrativas del mundo de hoy. Quien busque un momento de recreación y se tope con este canal se detiene de manera inmediata. Lo hace mas por las protagonistas y su entorno que por la frivolidad que generan las relaciones del ambiente. Allí se pueden ver a las modelos más cotizadas de América y Europa. Unas hembras que paralizan la vida. Son la expresión más elevada de la belleza perfecta. Además, sus sensuales cuerpos casi al desnudo, transmiten un erotismo extremo que derrite de pasión al ser más insensible del género masculino. Hermosos rostros que se unen a la cadencia rítmica de sus cuerpos, dejando ver los atributos que le ha dado la vida. Qué deleite. Se eleva la emoción del televidente, al adornarse la pantalla con los escenarios naturales o milimétricamente calculados para ofrecer un show inagotable.

Ciudades como New York, Londres, París, Buenos Aires, México, Punta del Este, sirven de sede para desarrollar los eventos que produce la industria: desfiles, entrevistas a las exquisitas modelos, vestidos, bikinis, adornos para hacer más linda y deseada a la mujer de hoy, ropa interior fina y sedosa, hoteles de primera con escenarios de mar, playa, cascadas, ambientes todos inmersos en una gama de colores indescriptibles. Fantasía y realidad. Todo se mezcla para crear un mundo particular. Percibido y asimilado por un segmento de la humanidad que no padece de miseria. Es un mundo circunscrito a una forma de ver la vida diametralmente opuesta, al de quienes coexisten en la extrema pobreza. Ellos los creadores, productores, consumidores de la trivialidad de la moda, como los que viven de las realidades del mundo norte, no tienen que luchar para subsistir. Ellos están en otra dimensión humana. Sus problemas cotidianos no se parecen en nada al de millones de millones de personas que sobreviven con menos de US$ 1,00 diario. Ese mundo, quizá el perfecto, por los niveles de felicidad que produce, tales como la diversión, la belleza, el disfrute del goce espiritual, la recreación en ambientes esplendorosos, todo eso podría representar un estadio a alcanzar. Ese podría ser una meta: existir en el mundo que derroche felicidad.

No obstante, para los otros seres, los del mundo sur, la imagen de Fashion TV seguirá siendo una ilusión lejana a muchos años luz. El 85% de sus pobladores tiene que bregar muy duro para que alguna vez se pueda anclar en el derroche de esa felicidad. Muchos todavía viven en condiciones infrahumana de inicios del siglo XX. En Venezuela, los cerros de Caracas, las zonas pobres de la regiones del interior, como por ejemplo, Onoto en Anzoátegui, Araya en Sucre, Jusepín en Monagas, Mariara en Carabobo, Tucupita en Delta Amacuro, Guama en Yaracuy, pueblos que no tienen nada que ver con ese mundo ideal de las “top models”. Realidades desiguales, que generan modos de vidas diferentes. Conceptos existenciales radicalmente opuestos. Necesidades vitales totalmente diferentes. Por lo tanto, aunque todos somos humanos y nos merecemos el disfrute de la igualdad de oportunidades, no tenemos la posibilidad de vivir como ellos. Por eso, el mundo norte no alcanza a comprendernos. Sus pensadores se equivocan al evaluar al mundo sur desde su propia marco de referencia. No terminan de entender que los asuntos vitales de la pobreza, no se parecen en nada al de la vanidad y el derroche. Mientras se perpetúe la desigualdad habrá injusticia social. Y ésta, continuará su ruta de procrear guerras y confrontaciones ideológicas, territoriales y religiosas.

El mundo fashion, el que representa María Corina y que defenderá desde su curul en la Asamblea Nacional, éste que describo y tomo como ejemplo de la desigualdad en el mundo de hoy, es parte de los símbolos de la injusticia social y de lo que genera la búsqueda revolucionaria por la emancipación continental y la multitudinaria manifestación contra la globalización mundial.

¿Eres tú revolucionario?

A propósito de la Campaña Admirable, se hace necesario reiterar conceptos teóricos para precisar la consistencia ideológica de la militancia revolucionaria y, principalmente, de la nueva cohorte de diputados a la Asamblea Nacional.

Repasemos la lección fundamental. La revolución es cambio de estructura. El modelo político del proceso bolivariano es revolucionario. El cambio de estructura significa la creación de un nuevo sistema político (transformación radical del Estado, aparato productivo y relaciones de poder). La estructura es la dimensión del funcionamiento de la sociedad, donde se dan las relaciones de los factores genéticos que producen los actos visibles (hechos observables). La estructura es la génesis de los fenómenos. Una revolución actúa sobre la estructura. Mientras que su opuesto, la reforma –-o reacción-- opera solamente a nivel de los fenómenos (lo visible y verificable). La reforma no transforma la estructura. Reforma es contrario a revolución. El modelo político de la democracia representativa es reforma. No busca el cambio del sistema político. La revolución se dirige a crear un nuevo sistema de relaciones que establezca una nueva institucionalidad, una nueva sociedad y un nuevo hombre. La democracia representativa se fundamenta en la representación del pueblo. Por el contrario, una revolución no tiene representantes solo voceros. En la revolución las decisiones la toma directamente el pueblo, no los representantes. En Venezuela, la representación devino es cúpulas que se apropiaron del poder y se aislaron del pueblo.

El Estado de la democracia representativa no es revolucionario. Ha sido concebido para satisfacer objetivos de las cúpulas reformistas. Todo el aparato burocrático del Estado de la democracia representativa –-gobernaciones, alcaldías, concejos municipales y demás unidades políticas-- es reformista. Su acción está destinada a los reparos inocuos, pero sin tocar la base de sustento (estructura). El Estado reformista impuso una cultura política basada en el funcionamiento clientelar. El Estado reformista, aunque existe la Constitución Bolivariana de 1999, está vigente todavía. En pleno surgimiento del modelo bolivariano, el Estado reformista es el órgano que regula al colectivo nacional. Contradicción que produce la etapa actual de la transición hacia, valga decir, la consolidación de la revolución.

La revolución para que pueda alcanzar su propio camino tiene que operar a nivel de la estructura de la democracia representativa. Tiene que cambiar y erradicar el Estado vigente. Tiene que sustituir todas estas unidades políticas burocráticas –-gobernaciones, alcaldías, concejos municipales y demás unidades que dominan al pueblo--. En la revolución, las organizaciones del pueblo tienen que reemplazar al aparato burocrático. Los gestores del Estado (burócratas) no serán quienes decidan. Serán solamente instrumentos del pueblo. El poder de las decisiones recaerá sobre el pueblo. El pueblo concebirá la nueva organización del Estado. El pueblo, además de las expresiones de participación instituidas en la Constitución del 99, tiene que inventar otras formas de organización y de decisión para la conducción de su propio destino y avance de la revolución. La esencia de la revolución se sustenta en el poder creativo del pueblo.

La democracia representativa tiene todavía un espacio muy significativo en la realidad venezolana. A la cultura reformista se han asimilado muchos “revolucionarios” (al respecto, un significativo contingente de organizaciones de base, comunitarias y colectivos populares tiene mucho que decir sobre ese batallón de contra-revolucionarios asimilados al Proceso). La debilidad ideológica altera la intención de profundizar un proceso. La ausencia de valores, creencias y principios sustentados en la espiritualidad del ser humano, limita el avance de la revolución venezolana. La debilidad ideológica obliga a tomar caminos sinuosos. Retarda el cumplimiento de las fases y etapas del proceso. La garantía de esta revolución autóctona es la ideología. Esto es el estímulo a las fuerzas interiores del ser para no dejarse seducir por la fascinación del poder reformista; es decir, el poder empleado para sacar fruto, provecho o utilidad a favor individual en perjuicio del colectivo. Postura vigente que sirve para comprobar el apego al orden material de las cosas, por parte de los contra-revolucionarios.

Por eso es que la ideología se convierte en la palanca para contener a la contra-revolución (propia, adversa nacional y opositora internacional) y catapultar el avance de la revolución. Es el canal para crear el poder popular. He ahí el reto de los revolucionarios: construir las vías de la revolución (conciencia) o claudicar ante la ambición del poder. Este es el reto y desafío que nos ha tendido la historia. Esta es la tarea de destino generacional de todos los que se consideran revolucionarios radicales; porque, no solo es el gobierno el que construye el camino y le da viabilidad a la revolución, sino cada uno de nosotros que creemos y luchamos por este Proceso desde cualquier espacio y ámbito de competencia.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Mirada al Frente

La lucha por la consolidación del Proceso no se detiene. Ni ha finalizado. Ahora más que antes, incluso con mayor vigor y energía que el período iniciado a partir del 11-A, la moral y el espíritu de cuerpo del revolucionario tiene que estar presente en la cotidianidad del quehacer político. Nadie puede asomar amagos de desmoralización. Ningún ser de buena voluntad identificado con la Revolución Bolivariana puede en ningún momento sentirse debilitado. Esta lucha lleva muchos años gestándose y ahora, cuando hemos comenzado a establecer su concepción estratégica y sus nuevos paradigmas existenciales no podemos tirar “la toalla”.

En la lucha permanente por la emancipación del pueblo, los escenarios adversos que se presentan pasan a comportarse como otro obstáculo más que hay que vencer. Son como barreras duras, hechas de plomo e insalvables como la profundidad del mar, pero siempre se le busca la vuelta para superarlos. Y, sin que nos genere ansiedad, asumámoslo de una vez, así será hasta que esa adversidad eterna sea reducida a su mínima expresión. A cada acción revolucionaria le acontecerá de manera contraria una fuerza reaccionaria. Nada de lo que ejecute la Revolución se desplazará en línea recta hacia la consecución de su meta. El oponente le lanzará otra línea que le chocará de frente, haciendo entonces que la ejecutoria revolucionaria se convierta en curva sinuosa, o zigzag tangencial, para poder llegar en el doble o triple del tiempo pre-establecido. Pero llegará a la meta. Sin anclarse en el tiempo, transitando en el camino perpetuo de la lucha la Revolución obtendrá el objetivo. Los perseverantes que han pasado años en su brega, se han habituado a que nada le es fácil en la búsqueda revolucionaria. Y ya curtido su espíritu, lo que es ahora y lo que viene después no le será desconocido. Nada le hará temer ni mucho menos vacilar, ante la deslealtades cotidianas ni exclusiones de lo constituido. En todo caso, la revolución lo que demanda es la existencia plena y consciente del poder popular para realizarse.

En consecuencia, toda la militancia revolucionaria, aguerridos y novatos, veteranos o iniciados, todos en su conjunto tienen que sudar muchos años más, para poder sentarse en la sublime calma a ver los frutos de la lucha. Para llegar a ese nivel de placidez espiritual, faltan amplios trechos de abismos todavía y largos tiempos de falsedades, saboteo, conspiración e intentos por impedir consolidar la meta.

Los escenarios que surgen a raíz del 26S y que avanzan hacia su desenlace en el 2012 no pueden afectarnos. Sea lo que sea, se cumplan los pronósticos, se active de nuevo la desestabilización y la acción diplomática aniquiladora del imperio, cualquiera sea el nuevo atentado para cerrarle el paso al Proceso --incluyendo la alerta que vivimos en 2010 por el estancamiento ideológico y el retroceso político--, el revolucionario auténtico se le enfrentará con vigor de alma y fuerza espiritual; hará renacer la energía (morfogenética) dormida, latente o ignorada para desbaratar la fuerza contraria que intenta demolernos. El revolucionario que lucha, lo seguirá haciendo y enfrentará otra vez los múltiplos escenarios de los oponentes y adversarios desalmados que se le paren enfrente para frenar y destruir su labor de Bien Común.

Que nadie llore por creer que se ha perdido algo del Proceso. No hay espacio para detener el tiempo y drenar lamentos y ansiedades. El temple del luchador no tolera retrasos por migajas pragmáticas --poder con base en el clientelismo; inmodestia del mando; signos exteriores de la lujuria cupular--. La ruta a seguir marca la pauta de la cadencia de la superación de reveses. Mirada al frente hasta allá, más lejos del horizonte; y el pecho erguido, que exteriorice la moral más alta que cualquier ser vivo en la tierra.

Ya es tiempo de saberlo. Es el momento de convencernos que en la Revolución, la práctica de la política es la lucha. La lucha es la brega diaria, es labrar un destino, es conseguir lo que se busca con esfuerzo y perseverancia. Nada en la Revolución es regalado ni heredado ni copiado. Por eso la tenacidad por abrir brechas inexistentes, inventar el modelo de sociedad, construir de la nada los parámetros referenciales de la nueva moral y ética del nuevo hombre es lo que tiene que vincularnos emocionalmente con las rutas emancipadores de nuestro pueblo. Lucha que no es volátil, como el gas que se diluye con la brisa o desaparece en la esfera cúbica de la dimensión tangible de la tierra. La Revolución ganada no se abandona, no se deja a medio andar. El Proceso nos exige ahora más solidez y hermandad e incluso mayor percepción hacia los verdaderos revolucionarios (para igualarnos) y hacia los mimetizados contra-revolucionarios (para tenerlos en la mira). Los escenarios aparecidos o por aparecer, generados por las coyunturas que a lo largo de esta larga fase de transición se han gestado, esos escenarios nos obligan hoy a ser más revolucionarios como nunca antes lo fuimos.

Esas escasas 24 horas

El destino traza sus rumbos. No sabemos como lo hace. Tampoco si será como lo queremos. Hay que dejarlo que vaya andando y que encuentre lo que nos pertenece. Hoy, como nunca antes, las trochas que aparecen en los caminos que se abren, lucen espléndidas. No es una sola, son varias. Trochas de caminos que marcan el paso del sendero de la revolución.

Ese camino es continuar construyendo la organización popular. Antes también se hacía. Pero, es como el flujo del viento. Sopla otra vez y cada soplo es nuevo. Así es el trabajo de crear estructuras orgánicas. Lo que se hizo, tomó sus rumbos. Unas fueron a parar a un saco vacío porque en el fondo estaba roto. Otras, claudicaron, se sentaron a ver pasar el trabajo de los demás. Pero las que se organizaron con base en la perseverancia ven ahora su semilla creciendo. Esos luchadores imprescindibles trazaron por meta de vida la lucha infinita.

Así es el ondular de la historia. Como la ola que baña la orilla de la arena. Va y viene. Irrumpe con fuerza, se aleja en soledad. Nuevos tiempos apuntan otra dimensión de la política. Ayer se buscaba la ruptura del sistema. Ahora, consolidar las metas del modelo revolucionario. No hay alternativa distinta. O se asume con propiedad ideológica el Proceso, o se desvanece la revolución. La encrucijada de las vías que se presentan en el cruce de caminos: reforma o revolución, nos obliga a despejar los obstáculos que alteran la dirección correcta. No hay elección diferente a la que exige la conciencia. En esta coyuntura que produce el nuevo escenario del 2012 la dedicación para estimular la enseñanza es a tiempo completo. Las escasas 24 horas del día nos llevan a la prédica del qué, cómo y por qué la ideología. Como Cristo con su fe. Como Bolívar con su guerra emancipadora. Como Borges dedicado a las letras. Como el autentico revolucionario enamorado del proyecto de la Patria Bolivariana.

La alfabetización ideológica es fundamental, pero demanda disciplina y sacrificio personal para asumir con formalidad el estudio, la lectura y la investigación. En la coyuntura de hoy, debido a la vigencia todavía del sistema reformista, hay que detenerse a pensar. A procesar las ideas. A concebir la base teórica de cada quien. Enriquecer nuestro marco de referencia para que relacionemos lo que observamos, procesemos el significado de los hechos sociales y emitamos nuestros juicios. Es una obligación militante abrir un paréntesis en nuestra cotidianidad, para volver al pupitre, a la biblioteca y a la palestra de la discusión. Analizar los acontecimientos, indagar los fenómenos, interpretar las noticias, pedir opiniones y confrontar posiciones. Hay que aprender a relacionar lo abstracto para producir lo simbólico; y, como resultado de ello, elaborar conclusiones racionales. Así, van tomando forma las tendencias del pensamiento autóctono, propio de la nueva era que vive el país y el mundo. Necesidad inmediata para construir la base conceptual del socialismo del siglo XXI, con pensadores venezolanos.

Complementa la ilustración ideológica, el desarrollo de las virtudes humanas necesarias para que "...el río tome su cauce". La cultura reformista, sustentada en las bajas pasiones, sigue siendo concebida como "usufructuaria" del poder. El aparato burocrático del Estado funciona con un alto porcentaje de elementos contrarios al modelo socialista. La reforma, opuesta a la revolución, no sólo está viva en la práctica clientelar del burócrata, sino también en revolucionarios plásticos que son puntofijistas mimetizados y usurpadores de la dignidad. Ideológicamente esos “coleados”, apegados al modo de vida del imperio, le han hecho un daño inmenso al Proceso; aunque es reversible. Se alcanza su reversión con talento y claridad en el pensamiento. A los adversarios “revolucionarios”, enemigos del Proceso, para apartarlos de las vías que indica el cambio estructural, hay que aplicarles el conocimiento procesado, la síntesis conceptual y la ideología revolucionaria. Limpiar el Proceso, hacer justicia, resarcir daños intelectuales, son logros que produce la convicción ideológica. Obtener los niveles de crecimiento intelectual que exige la racionalidad del modelo bolivariano, nos va a permitir acoplar a las nuevas estructuras de la dirección de la sociedad, a esos, a los que no les alcanza las 24 horas del día.

sábado, 18 de diciembre de 2010

La Fuerza A,B

Mas que materia somos espíritu. Energía procesada y transformada en actos. Cuando lo que puede ser se queda sin acto es simplemente potencia. Deseos de materializar algo sin efecto. Pero cuando nuestra voluntad se une a la potencia se concreta el acto, se hace tangible la idea, expectativa o esperanza.

En revolución se necesitan los actos del colectivo para que se realice la meta común de consolidar el nuevo modelo de sociedad y la concepción de una nueva vida distinta al capitalismo. Esa acción concreta de realización en el escenario político que está hoy vigente y que apunta a la coyuntura del 2012 es la que vamos a identificar como la fuerza A,B.

Entonces la fuerza A,B es la voluntad puesta de manifiesto por el revolucionario para materializar la traslación revolucionaria (transferencia de la toma de decisiones a las comunidades organizadas). La fuerza A,B es una acción autogestionada por convicción y espontaneidad para actuar en los distintos campos operacionales que el escenario de la campaña admirable demanda: (i) formación Ideológica, (ii) conceptualización teórica y (iii) cambio de estructura.

La fuerza A,B se compone de vectores, es decir, los elementos energéticos del individuo, del grupo comunitario o de la masa revolucionaria que generan la energía morfogenética, entendida ésta como la potencia centrifugadora de acciones múltiples que crean de la nada o de un inicio objetos, metas y elaboraciones tangibles verificables y transformadora de las realidades (cultura, pensamiento y naturaleza humana), para elevar la conciencia, transferir el poder a las comunidades y alcanzar el máximo nivel de consolidación de la revolución, valga decir, materializar la plenitud del Bien común y el Buen vivir del colectivo.

Considero que los vectores que constituyen esta fuerza A,B son dos: el 1,2 que comprende la espiritualidad del ser humano; y el vector 3,4 que está referido a la racionalidad del individuo.

El vector 1,2 lo identificamos como la energía interior del ser que lo mueve, lo incentiva, lo empuja a alcanzar, decididamente sin dejarse vencer por las adversidades, los objetivos revolucionarios. Es lograr un nivel de absoluta disposición para luchar por sus creencias, sus ideas y sus razones. Esa vitalidad interior pujante es consecuencia de los factores espirituales que intervienen en el yo interior del individuo. Factores que deben ser madurados, trabajados internamente por cada revolucionario. Los factores espirituales tienen que entenderse para asimilarlos o, si no se ha alcanzado ese nivel de claridad todavía, descubrirlos y procesarlos a fin de hacerlos parte de su vida cotidiana.

Considero cuatro factores como los básicos generadores del dinamismo que el individuo necesita para ser un aliado incondicional de por vida al Proceso Revolucionario. A esos factores los clasifico por su atributos valorativos en rangos jerárquicos de la siguiente manera: (i) los principios y virtudes del individuo; (ii) la unidad colectiva, creadora del espíritu de cuerpo; (iii) el sentido de pertenencia al Proceso; y (iv) el pleno compromiso con la revolución.

El vector 3,4 entendido como la racionalidad del individuo (razón basada en un marco conceptual teórico), se bifurca en dos direcciones: (i) conciencia y (ii) talento. La conciencia es el resultado de la producción intelectual generada por el estudio disciplinado y permanente, la investigación creadora y la elaboración de conocimientos procesados. Se identifica este nivel cognitivo del ser, cuando se construyen los juicios por la vía de la asociación de conceptos cuya relación y sumatoria final conduce a la organización del pensamiento crítico. Condición necesaria para objetar el efecto de la alienación cultural. Punto de partida para producir cambios en el sistema cultural heredado de la IV República.

El establecimiento de la Revolución, se elevará a dimensiones de franco desarrollo cuando se produzca, domine e internalice íntegramente la Fuerza A,B. Los nuevos diputados, los precandidatos a cargos en el primer trimestre del 2011, los potenciales candidatos a Alcalde y Gobernadores, los aspirantes a dirigir el partido, y, principalmente, el colectivo revolucionario hacedor del poder popular (en fase de construcción) y único elemento indispensable para hacer una revolución tiene que asumir su energía morfogenética identificada en la fuerza A,B para crear el acto revolucionario. De no ser así todo se quedará en potencia y se diluye en las intenciones para dar espacio a la contra-revolución.

viernes, 17 de diciembre de 2010

El ser de Buena Voluntad

Si bien es cierto que la política deja más amarguras que satisfacciones, también resulta que en medio de esta lucha se forjan virtudes, creencias y valores. Las amarguras emergen del ser por estar consustanciadas con la pasión humana. La hipocresía y la mentira, por ejemplo, son expresiones del torrente pasional derivados del pragmatismo corruptor. Por su parte, la lealtad y la honestidad son virtudes sostenidas por quienes luchan como consecuencia de su búsqueda inspirada en el bien común. El ser humano virtuoso, practicante del amor al prójimo, sostiene su lucha con base en ideales y principios morales. De éstos, la lealtad destaca como la más significativa de las virtudes que blinda la moral de los individuos auténticos. Cuando el ser humano leal mantiene su camino ajustado a la verdad se hace muy difícil que su práctica sea alterada por la intromisión de odios, rencores, envidias y demás factores destructores de la integridad humana. Contrariamente, quienes atentan contra la manifestación de la ética y la moral son los que desvirtúan las grandes brechas que han logrado abrir los audaces con sus retos por alcanzar las metas del bienestar colectivo.

El ser de buena voluntad no puede engañar. Su luz es la verdad. Y aunque ésta a veces duele, se convierte en la fuente que inspira la acción de las obras imperecederas. Hay que creer en los seres que se ejercitan en la ruta de la buena voluntad. El ser virtuoso que sostiene su lucha de manera incorruptible, tiene que saber mirar y perfeccionar el arte de escuchar. El hombre íntegro no lleva temores ocultos en su alma, por lo que fácilmente se le puede descubrir sus intenciones a través de la mirada y de la transparencia de sus ojos. He allí un buen indicativo para comprobar la lealtad. Además, el hombre leal tiene una característica particular que le permite diferenciarse de los otros: el hombre leal no se marchita. Su frescura le hace trascender lo superfluo y circunstancial, para ubicarse en el sitio privilegiado de la verdad. Frescura que se manifiesta por la claridad de sus ideas, su disposición al trabajo, su voluntad para seguir en la lucha por muy poderoso que sea el adversario y, principalmente, porque mantiene el amor en su más profunda intensidad. La frescura del hombre leal refleja la felicidad interior que le produce estar en paz consigo mismo.

Los criterios, opiniones o conceptos de los hombres leales tienen que ser escuchados y meditados cuando el entorno está viciado, lleno de hojas de otoño. Las virtudes humanas y la fortaleza ideológica se conjugan para hacer destacar a los hombres sinceros prestos a brindar una amistad verdadera. Esos son los leales. El apoyo que nos potencia e imprime energía a la fuerza espiritual radica en la palabra de aliento del ser verdadero, solidario y luchador empedernido. Sin esto la soledad invadirá nuestra vida, haciéndonos desdichados y sumamente infeliz. La soledad nos lleva a perder la vitalidad necesaria para responder a los actores que nos adversan.

El ser que lucha inspirado en ideales no se deja seducir por la mentira del pragmático, ni por la fascinación del poder y, mucho menos, por la ceguera de la superioridad. Por lo tanto, no corrompe sus principios ni entrega su alma al vicio lujurioso del placer material. Sus metas van más allá del disfrute que produce la fuerza del poder. Integridad y dignidad son las armas que emplea para batir la tentación del oro, la ostentación vanidosa y la droga de la adulación.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Vocero es Campaña Admirable

El vocero es el portador de la semilla de la democracia directa; es decir, la toma de decisiones directamente ejercida por la comunidad organizada para crear su propio destino. El vocero es el elemento que ejecuta el mandato del Consejo Comunal, instrumento a su vez, de la Asamblea de Ciudadanos. El vocero es solo una voz, transmisor de la decisión del grupo. Recoge también el vocero lo que surge de la sesión asamblearia de la cual forma parte. Plantea lo que se analizó en ese ambiente y espera por nuevas situaciones que se deriven de las discusiones colectivas. Es así entonces como el vocero toma, lleva y trae. Siempre bajo el parámetro de manifestar la decisión del grupo. Nunca el vocero actuará individualmente o a su libre albedrío. El vocero no manda ni impone su criterio personal. Es la extensión o la prolongación de la presencia de un colectivo de trabajo o un área comunitaria en el Consejo Comunal. Puede ser también el vocero el ejecutor de una encomienda asignada por el Consejo Comunal ante una entidad del Estado, otra instancia comunitaria u alguna organización social, política, cultural o militar. Pero en todos estas situaciones el vocero solo habla, entrega el mensaje, cumple la encomienda. El vocero no toma decisiones. La decisión o el mando sobre asuntos que le competen a la comunidad no es del vocero. Eso es exclusiva responsabilidad de la asamblea de ciudadanos, que es la primera instancia de poder, y el instrumento popular que determina la existencia de los Consejos Comunales.

La figura emblemática de lo que sería el cambio en las relaciones de poder, como parte de la transformación estructural que busca la revolución en esta fase del Proceso, es el vocero. El vocero tiene una connotación espiritual y por esa razón responde a la concepción revolucionaria del nuevo paradigma que genera el cambio de estructura. Lo espiritual está presente porque el vocero estimula la humildad del servidor público. Un vocero del Consejo Comunal es un aliado a la causa de servirle al pueblo. De servirle con amor. El vocero es una embrión de la naciente corriente política que sustenta su acción en el amor al prójimo. El vocero rompe con la rivalidad entre los iguales. El vocero acaba con el dedo. Como el vocero no manda, sino solo habla, cualquiera que entienda lo que significa la gestión de solidaridad, buena voluntad y afecto sincero para alcanzar el bien común, cualquiera de ellos puede ser el vocero. Esto acaba con el egocentrismo y el individualismo corruptor del ser supremo que bajo el manto del poder del Estado, somete a los demás sin consideración alguna a la condición humana. Gestión de mando engendrada por el modelo reformista que más que servir al pueblo lo que busca es aprovecharse del pueblo. El egocentrismo es el padre de la rivalidad. Pero el vocero, ahora y en la medida que se generalice su acción y su esencia revolucionaria, el vocero demolerá a la rivalidad e impondrá la humildad a los servidores del pueblo.

Pues bien, si el rol del vocero se define cada día de manera más clara y así es entendido por las comunidades organizadas, podemos entonces decir que va por buen camino el cambio de estructura a nivel de las relaciones de poder que tiene que alcanzar la revolución. La vocería, elemento establecido por nuestra leyes que sustenta la Constitución Bolivariana, va a incidir también en la estructura orgánica de los partidos y movimiento políticos. Induce el vocero al cambio del rol de los partidos. Viendo el ejemplo del vocero, el partido reformista, vigente aún en nuestros días de avance revolucionario en pleno 2010, no puede continuar con la práctica del cogollo. Tiene ahora que internalizar la metódica desde abajo y hacer un esfuerzo por asimilar el nuevo rol que le corresponde. Decisiones copulares versus conciencia colectiva. En esta encrucijada se encuentra el partido actualmente. Una comunidad plena de conciencia que asume la participación directa por la vía de los Consejos Comunales, no puede jamás tolerar que ahora venga cualquier partido cupular y reformista a imponerles criterios obsoletos. Eso no es revolución, por el contrario, la existencia del vocero que está en la onda de la avanzada del Proceso, coloca a los partidos apegados, enchufados y enganchados con la cúpula y el dedo, los coloca en un escalón más abajo en la escalera de la revolución.

Vocero es salto adelante, es acople a los postulados de la Revolución Bolivariana, es Campaña admirable. Partido reformista es salto atrás, estancamiento ideológico y retroceso político.

La Máscara

Oportuno este tiempo de definiciones ideológicas, de campaña admirable y de escenarios desestabilizadores que apuntan hacia el 2012, para quitarle las máscaras a esa partida de contra-revolucionarios que no quieren nada con el pueblo. A todos esos escuálidos vestidos de rojo les tiene que llegar el momento de rendirle cuenta al pueblo, de someterse al juicio popular. Pero, ¿cómo los identificamos? ¿Cómo los diferenciamos? Muy fácil. Antes que nada comprobemos las raíces políticas de ese individuo. Cuál ha sido su pasado más reciente. Si viene de la IV República y se pasó al chavismo, y ahora pregona el amor a la Revolución cuando antes condenaba el 4F, tendremos que someterlo al examen del espíritu revolucionario. Pero también hay que someter al mismo examen a quienes se autoproclaman revolucionarios de siempre. En ambos casos, hay que evaluar su gestión partiendo de los rasgos que caracterizan a la contra-revolución para saber si realmente su sangre es revolucionaria.

La contra-revolución es la gestión archienemiga de la revolución. Son polos opuestos, antagónicos, contrarios. Se repelen. El método de la contra-revolución se basa en la acción cupular, sostenedora de la estructura establecida por la democracia representativa. El agente de la contra-revolución no se detiene a aplicar los mandatos constitucionales para transferirle el poder al pueblo. Por el contrario, y como una justificación a su manipulado apego a las normas que busca implantar la V República, ejecuta arreglos débiles a la legislación reformista para que no cambie nada. Su objetivo es usufructuar el poder y así acaparar beneficios para sí mismo y para los suyos, dejando solo migajas, lo residual, lo insignificante, para el colectivo.

El agente contra-revolucionario es portador de la cultura neoliberal capitalista. Consciente o inconscientemente asume la racionalidad del capital, basado en leyes de la acumulación y el beneficio, como la base de su gestión. Se acopla a la cultura social que engendran esas leyes, las cuales no buscan cambiar la estructura sino mantenerla. Por eso la acción de mando es solo reforma, reparos inocuos, y no cambio estructural. Por lo tanto, la acción reformista que emprende es generadora de alienación. Busca mantener la estructura heredada del puntofijismo, contribuyendo a que el colectivo pierda su conciencia crítica. Que no sepa que el poder es del pueblo, porque se vería obligado a entregarle el mando. Contrariamente a la leyes revolucionarias, el contra-revolucionario engendra el clientelismo para que el pueblo no se ilustre, no cultive su capacidad de análisis creativo, sino que mantenga su nivel de pasividad y tolerancia. Que se conforme con los bienes materiales que se le dan, por la vía del clientelismo, para satisfacer sus necesidades mínimas; pero, nunca capacitarlo para que asuma la dirección de la sociedad.

Para el agente contra-revolucionario, el pueblo no es un fin sino un medio. Su objetivo es satisfacer sus propias expectativas de poder y alcanzar riquezas individuales, haciendo uso del pueblo. No es su meta crear nuevas leyes que eliminen el clientelismo, ni fomenten la transferencia del poder al pueblo, ni que el gobierno sea instrumento de ese pueblo. El contra-revolucionario es reformista. No le da cuentas a la comunidad. No apoya las elecciones de base para elegir a los miembros de las instancias de dirección del partido u organizaciones comunitarias. El contra-revolucionario no entiende que ya es hora de que los partidos políticos cambien su estructura y bajen a las asambleas populares para escoger a sus autoridades. El contra-revolucionario no quiere trabajar por el cambio radical del Estado. No quiere que el pueblo sea quien tenga el poder. El contra-revolucionario es un oportunista. Defiende al Presidente por conveniencia pero cuando las circunstancias determinen otra situación le da una puñalada por la espalda. No sigue su prédica de fomentar el poder popular, ni atender a los excluidos y desposeídos. Muchos de los que están en el mando del aparato burocrático del Estado son contra-revolucionarios.

Por todo esto, después de reflexionar al respecto y sacar sus propias conclusiones, el pueblo tiene que anotar los nombres de esos contra-revolucionarios. Tenerlos en la mira para que en la primera coyuntura donde el pueblo logre obtener una cuota significativa de poder les exija rendición de cuentas.

Muy pronto, en el primer trimestre del 2011, la militancia del PSUV (por ejemplo) va a tener la oportunidad de ejercer el postulado del poder popular al darse el proceso de elecciones para la nueva dirección nacional. Esta es una coyuntura muy precisa donde se demostrará que tanta capacidad de autodeterminación tiene ese colectivo. Si va a imponer la racionalidad revolucionaria o si sigue en la onda del letargo del dedo.

Esto es parte de la lucha y un momento único para quitar máscaras y elevar la condición revolucionaria del PSUV y del Proceso Bolivariano.

La derecha de la revolución

Pra entender las causas por las cuales existe una derecha dentro del Proceso Bolivariano, es necesario ubicarse en el contexto de los antecedentes más recientes. A mi juicio, la visión más cercana, se obtiene a partir de 1996. Específicamente al analizar la composición ideológica del MBR-200 en ese momento. Aclaro, a quienes no conocen el germen revolucionario del Proceso, que el MBR-200 (Movimiento Bolivariano Revolucionario-200) se organizó de manera clandestina dentro de la Fuerza Armada Nacional a partir de 1982. Diez años más tarde irrumpe en la escena política metiéndose en el alma de los venezolanos, con el intento revolucionario del 4F de 1992 que liderizó Hugo Chávez. A partir de entonces el MBR-200 se hizo público e inició su acción política en todo el país.



En 1996, dentro del MBR-200 existió una corriente con una visión revolucionaria cuyo sustento ideológico era la interpretación marxista de la toma del poder. No obstante, confluían también otras formas de entender la lucha política. Se encontraba el sector militar que procedía de los intentos del 92 junto con otros que ya estaban fuera de la vida militar activa. Esa corriente tampoco era única. Las tendencias se inclinaban desde el militarismo a ultranza, hasta las más radicales posiciones revolucionarias. Existía también otro sector que procedía del activismo político de la derecha que no conciliaba con el sector militar, pero que sí buscaba un cambio para el país. Además grupos procedentes de la izquierda que asumían el proyecto del MBR-200, bien porque no encontraron sus realizaciones en esas organizaciones o por que éstas desaparecieron. Formaban parte también del MBR-200, los fanáticos seguidores del fenómeno socio-político Chávez que, impregnados del espíritu del 4F, buscaban la vía de reparar sus frustraciones por estar al margen del sistema social y así ver reivindicadas sus esperanzas. Este era el cuadro ideológico que componía la estructura de sostén del MBR-200 en 1996.



Destaco este hecho, porque el MBR-200 decidió en abril de 1997 cambiar su táctica política, sustentada en buscar la revolución por la vía violenta, asumiendo entonces la toma del poder por el camino electoral. Para ello crea el Movimiento V República (MVR) al cual organiza como una estructura electoral abriendo sus puertas a las masas y sectores que veían en Hugo Chávez al hombre que reivindicaría sus expectativas frustradas.



Tanto el MBR-200 como el MVR no fueron organizaciones políticas con una base ideológica homogénea. El espectro de las tendencias así como el abanico de múltiples opciones de los grupos que los constituyeron se lanzaron a la conquista del poder en las elecciones de 1998. Coyuntura electoral que sirvió de plataforma de lanzamiento a un conjunto de activistas sin identificación ideológica ni experiencia en el campo de la izquierda revolucionaria, cuyos objetivos estaban orientados más hacia el usufructo del poder que a la lucha para lograr el bien común del pueblo.



A este factor humano de significativo peso para viabilizar la revolución posible, hay que agregarle la cultura dominante y conservadora la cual sigue incrustada en la población y, muy notoriamente, en la composición estructural del Estado venezolano que sembró el modelo político de democracia representativa.



Este marco histórico define una política de acción que hereda el PSUV. Pero, ahora, con mayor posibilidad de la incorporación de factores sin conciencia ni claridad ideológica. La búsqueda de lo cuantitativo sin un plan de formación ideológica incide de manera negativa en lo cualitativa de su militancia.



Ante esta realidad solo queda la formación política y la creación de unidades re-educadoras que estimulen el estudio del socialismo para asimilarlo, practicarlo y enseñarlo a todo el colectivo nacional. He ahí el principal reto del PSUV y de sus líderes. El 2012 se hace aliado de las fuerzas revolucionarias si logramos esta meta.

lunes, 13 de diciembre de 2010

El Partido Revolucionario

os partidos políticos y sus semejantes tienen que transformarse. Acoplarse a la dinámica que impone la evolución del Proceso. Su rol de intermediación entre el Estado y las comunidades bajo la metodología del clientelismo corresponde a una etapa ya superada. El clientelismo es sinónimo de puntofijismo, demagogia, democracia representativa, pragmatismo, es decir, la postura política de la conveniencia y manipulación que se le hace al colectivo para alcanzar fines particulares o grupales. Clientelismo es la práctica de la reforma. Pues bien, los partidos y movimientos políticos vigentes en la escena política actual son clientelares, incluyendo al PSUV. Aunque sostengan su apego a un nuevo orden social basado en la Constitución Bolivariana, apoyen al Proceso, se identifiquen con el chavismo, a pesar de todo lo que manifiesten sus cúpulas dirigentes, su práctica no es revolucionaria. No han podido deslastrarse de la cultura que hemos heredado de la IV República. Valga decir:
(i) sigue la cúpula siendo el ente que decide todo (mejor conocido como el dedo);
(ii) se apropia de las instancias populares y se le arrebata al colectivo organizado la potestad de la participación para definir su propio destino;
(iii) se organiza a la militancia para asumir el poder desde la concepción burocrática sinónimo de usufructo del poder;
(iv) ausencia de humildad en las inter-relaciones personales, auspiciando consciente o inconscientemente la rivalidad entre todos y la arrogancia individual;
(v) actitud sectaria en lo que respecta a la creación de una plataforma que unifique a todos los factores “revolucionarios” para alcanzar las metas estratégicas de la revolución.

Ahora bien, estamos en una coyuntura que hace propicio el momento para empatarse en la transformación revolucionaria. La coyuntura más significativa que genera el 2012: la reelección presidencial, tiene que estimular a todos las organizaciones políticas, principalmente al PSUV, a asumir un nuevo rol. La intermediación clientelar no puede ser el fin del partido. Mucho menos ahora cuando esa gestión la van a cumplir los Consejos Comunales. El surgimiento de los Voceros, como instrumento que lleva la voz de la instancia real del poder como lo es la Asamblea de Ciudadanos, incide de manera determinante en derrumbar la estructura cupular como entidad rectora de las decisiones que le competen al colectivo. La vocería también va a dejar de lado la rivalidad; pues, ya no será el individuo, alcalde, concejal, diputado, gobernador, candidato o cualquier elemento que administre una cuota del poder del Estado, quien tomará las decisiones. Éstas, serán procesadas en colectivo bajo la metodología asamblearia. Por eso es que los rasgos predominantes para alcanzar la meta de la reelección en el 2012 con 10 millones de votos está basada en la conciencia de la militancia de base del PSUV para acoplarse a la nueva dinámica morfogenética que exige el surgimiento de la fuerza de abajo hacia arriba.

Es significativo señalar que el paradigma establecido en 1997, la revolución se busca, se alcanza, se consolida por la vía electoral. Y esa vía la construye el partido político. Pero, ojo con esto, no es la vía electoral para usufructuar el poder. Eso es repetir el esquema reformista de la IV República. El acto electoral a asumir el Partido en su nuevo rol es el revolucionario: ir a las elecciones para tomar el poder y transferirlo a la comunidad organizada. Complementa la razón de ser del partido político metiéndose de lleno en darle consistencia a los postulados del poder popular. Su lucha está orientada a:
(i) darle sustentabilidad a la formación ideológica y a la enseñanza cultural de la concepción revolucionaria como cambio de estructura;
(ii) profundizar las diferencias entre reforma y revolución a fin de que se asuman las fases del Proceso para consolidar el bien común del colectivo y el buen vivir;
(iii) capacitar a las comunidades para el ejercicio del poder popular;
(iv) generar la carrera del militante político con base en la formación teórica, su ejercitación práctica y su sometimiento a las decisiones asamblearias;
(v) contribuir con el poder del Estado en la preparación del pueblo para la defensa integral de la Nación;
(vi) estimular la convicción que la revolución no es pragmatismo sino espiritualidad, lo que determina una concepción del mundo y de la vida totalmente diferente a la reformista; y
(vii) luchar internamente para establecer en su militancia, incluyendo a sus dirigentes, que en la revolución la rivalidad no es la esencia, lo es la humildad.


O el PSUV se acopla a su nuevo rol o el pueblo organizado le pasará por encima.



izarraw@cantv.net

domingo, 12 de diciembre de 2010

La Batalla Ideológica

Dos niveles definen el campo actual en el escenario de la batalla ideológica. Un primer nivel se ubica en el plano teórico-conceptual. Plano permanente y estratégico. El otro, es el operativo, lo táctico y pragmático. Ambos niveles configuran la situación vigente que determina la profundización o no del Proceso. El avance y consolidación del Proceso se alcanzará si damos la batalla y obtenemos la victoria en la lucha ideológica.

El plano teórico conceptual se refiere a la estructuración de las ideas fundamentales de la búsqueda revolucionaria. Es, principalmente, la confrontación entre reforma o revolución. La Reforma busca mantener la estructura capitalista; mientras que la Revolución tiene que hacer posible, viable y concreto el cambio de estructura. Estas posiciones exigen definiciones inequívocas.

Todavía el aparato del Estado y gran parte de las organizaciones de la sociedad guardan un porcentaje muy elevado de individuos que no se han podido desprender de la cultura reformista de la cuarta república; y, por lo tanto, sucumben ante la fascinación del poder. Se incrustan en la lujuria cupular del mando y se olvidan del prójimo. Se arman de interpretaciones subjetivas o lo que es igual a las denominadas disonancias cognitivas de la revolución para montarse en la cacería de las comisiones. Caen en las redes de la corrupción y traicionan las metas revolucionarias. Otros, que no son revolucionarios, siguen viviendo del Estado. Cargos, contratos y negociados se imponen por encima del Bien Común del colectivo. Se amparan ante un mal uso de la llamada “institucionalidad” para obstaculizar el avance del Proceso y dejar mal parado al Presidente Chávez. Estos reformistas (de la V y de la IV) son en el fondo una cuerda de usufructuarios que haciendo uso de la bondad y del nombre del presidente siguen alimentado la inmensa burocracia parasitaria y los hábitos del puntofijismo. Sólo la conciencia revolucionaria inspirada en el árbol de la tres raíces (Bolívar, Rodríguez, Zamora), en la huella que orienta la concepción originaria (Cristo, Ché) y sustentada en la democracia directa (socialismo del nuevo siglo), pueden deslastrarse de quienes no saben qué es la revolución, pero que viven de ella.

El otro plano de la batalla, lo que se propone es materializar los Centros de Formación Ideológica (CFI). La constitución de los CFI lleva implícito alcanzar la conciencia revolucionaria. Acto que obliga al estudio, la lectura, la discusión y la investigación. Los CFI estimulan el pensamiento crítico y la internalización de parámetros del nuevo marco teórico-conceptual definido por el Presidente Chávez: (i) democracia directa, (ii) socialismo bolivariano, (iii) desarrollo endógeno, (iv) multipolaridad. Además del CFI, en este plano operativo, se necesita crear el Centro de Estudio e Investigación de la Revolución Bolivariana (CEI-RB) para coordinar a la red ideológica tejida por los CFI, establecer la sede de los núcleos de investigación y generar la producción intelectual del Proceso.


La creación de los CFI y del CEI-RB, demanda voluntad y convencimiento políticos. Por ello, le pedimos a los revolucionarios que posean capacidad de lucha a sumarse a esta tarea. Se necesita tan sólo un local, equipado con pupitres y pizarra, que sea atendido a tiempo completo por tres compatriotas. Nosotros y todos los que vienen cumpliendo esta labor que estén dispuestos a integrarse en una sola sede ideológica, nos encargaremos de proceder con la capacitación a la gran masa de militantes revolucionarios. Formaremos promotores del poder popular para que difundan por todo el territorio nacional las ideas revolucionarias y el método para instrumentar la teoría del nuevo sistema político venezolano.


Quienes estén ganados para seguir en la marcha hacia la profundización revolucionaria, tal como lo indica el Presidente Chávez, les invitamos a comunicarse por los teléfonos (0414) 247-9687 y (0412) 235-4297. Nuestros correos son izarraw@cantv.net / williamizarra@gmail.com.

Asumamos los dos planos (teórico y práctico) de la lucha. Demos la batalla para que la Revolución triunfe sobre la Reforma y en el 2012 podamos continuar haciendo viable y direccionando la Revolución Bolivariana.

martes, 5 de octubre de 2010

Eventos políticos ideológicos de la semana del 4 al 10/10

A continuación le informo a la red CFI y Reflexiones los eventos político-ideológicos que tendré esta semana, en los que presentaré el análisis del "Nuevo Escenario Político a partir del 26S" y el qué hacer para oponérsele a los planes contra-revolucionarios 2010-2012 y fortalecer la capacidad de lucha de los colectivos revolucionarios:

1. Hoy martes 5/10 de 4 a 5PM, mi programa de radio en YVKE Mundial, 550 AM "Interpretando la Revolución"

2. Miércoles 6/10 a las 10.00AM conferencia en la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas (UNEFA) a la nueva cohorte de estudiantes que se incorpora a la institución.

3. Jueves 7/10 a las 6.00PM a los colectivos de base de La Vega, Montalbán y zonas adyacentes en "La Carpa" sede de la Asamblea Popular Socialista y del Bloque Popular La Vega; sector La Veguita, detrás de Mercal a 200 metros antes de la salida a La Vega.

4. Sábado 9/10 a las 2PM a los Consejos Comunales y sectores populares que creen en el socialismo de Santa Ana, Anzoátegui, en el Liceo "Pedro Granado Pérez" frente a la estación de servicio de gasolina Santa Ana (Distribuidor Buena Vista se la autopista Barcelona-Cantaura).

lunes, 26 de julio de 2010

Firma de Convenio CFI-Libro Verde

El 27 de julio de 2010 el Centro de Formación Ideológica (CFI) firmó un Convenio de Cooperación
Científica con el Centro Mundial de Estudios e Investigaciones del Libro
Verde de Libia por un período de cinco años.

El Convenio comprende la apertura por parte del CFI de una Cátedra para los
Estudios del Pensamiento Popular que contemple, entre sus objetivos,
estudiar el pensamiento del Libro Verde y sus principales tesis; así como
todo lo relacionado con la literatura, investigación y estudios de la
democracia directa y la libertad del hombre en decidir su destino y su
derecho a satisfacer sus necesidades materiales, morales y espirituales. Se
empleará la metodología de las conferencias, seminarios, mesas de discusión,
talleres y otros modos de expresión intelectual o cultural en todo lo
concerniente al ámbito del pensamiento popular.

Asimismo, el Convenio establece en intercambiar profesores y otorgar becas
para los estudiantes destacados en este campo del conocimiento.

La vigencia es de 5 años y entrará en vigencia al CFI iniciar la Cátedra
para los Estudios del Poder Popular.

Por el Libro Verde firma el Dr. Suliaman Saleh Elquel y por el CFI William Izarra.

viernes, 23 de julio de 2010

A quienes se la batieron conmigo

Camaradas, compañeros, amigos y militantes fraternos de lucha, desde hace un mes circunstancias estrictamente personales me han impedido regresar a Anzoátegui. No me ha quedado otra opción sino atender mis responsabilidades paternas y por lo tanto asumirlas de lleno hasta, por lo menos, 90 días más.

Se que un día que se deje de atender la situación política es un día que genera nuevos factores intervinientes en la coyuntura que la modifican. Es un día que permite la cesión de espacios a otros que se asoman. Pero es que las responsabilidades de vida, aquellas de ulterior trascendencia, tampoco pueden dejarse de lado no solo por el compromiso consanguíneo sino porque la propia razón de la existencia humana lo impide.

Ustedes saben que les hablo de mi hija. Esa justificación de hechos y solo esa es la causa del congelamiento de mis eventos políticos y de mi inamovilidad de mi hogar. Cargo, en consecuencia, con todas las derivaciones que se desprendan de esta realidad, incluso la del aislamiento y olvido de la escena política; pero esa razón supera todas las que nos planteamos ya que es, en esencia, la misma meta que buscamos y por la que luchamos día a día: crear vida y alcanzar su felicidad.

Si al cabo de este período de ausencia existen condiciones objetivas y subjetivas en ustedes, así como disposición anímica para desarrollar eventos dentro del trabajo de difusión y formación, yo les acompañaré. Caso contrario ya sabré que a todos nos llega un fin de camino y un nuevo comenzar por otros senderos de igual o distinta acción.

Como no tengo la dirección de correo de todo el equipo más cercano les agradezco le trasmitan este mensaje, el cual va dirigido exclusivamente a quienes se la batieron conmigo.

Mi agradecimiento eterno.



William E. Izarra

domingo, 4 de abril de 2010

A la militancia del PSUV

Compatriotas
Dirección Regional
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)
Puerto La Cruz, Edo. Anzoátegui

Por medio de la presente manifiesto ante ustedes y el colectivo del PSUV mi aspiración a participar en las elecciones primarias del partido para elegir a los candidatos a Diputados a la Asamblea Nacional (AN).

Esta aspiración la justifico basado en la interpretación que hago de la necesidad de escoger y formar una nueva cohorte de Diputados en la AN para el período más crítico de la Revolución Bolivariana en su nueva etapa (2010-2015) de profundización del Socialismo.

Esa nueva cohorte debe poseer entre sus atributos y cualidades a un conjunto de revolucionarios de comprobada vocación de entrega a la consecución del Bien Común del Pueblo. Lo que exige a cada uno de ellos:

1. Plena identificación con la Revolución Bolivariana sustentada en su elevado nivel de conciencia crítica.

2. Demostración de profundos conocimientos teóricos-prácticos acerca de la tesis ideológica que sirve de base y pivote a la Revolución.

3. Capacidad inventiva y espíritu creativo para desarrollar el cuerpo de leyes que permita viabilizar la concreción del socialismo y abrir los caminos para la transferencia de la toma de decisiones al colectivo organizado.

4. Disposición al estudio e investigación a fin de poseer un alto rendimiento intelectual en las discusiones parlamentarias e incidir en la riqueza de ideas para la elaboración de las leyes más apropiadas en esta fase de avance permanente de la Revolución.

5. Demostración de aguda sensibilidad humana para hacer de ese diputado un luchador perpetuo por el desarrollo pleno de la comunidad que le confió su vida y destino. Hecho que le obliga a mantener la rendición de cuentas en forma constante.

6. Ser un militante con un amplísimo sentido de pertenencia a la Revolución y total identificación con los valores que solidifican el espíritu de cuerpo de los revolucionarios organizados en colectivos.

7. Estar dispuesto a desprenderse de satisfacciones individuales y cambiar lo que fuera necesario en su coducta aprehendida para crear la nueva ética revolucionaria que induzcan a la consolidación de la nueva moral socialista del pueblo venezolano.

Esta justificación que les expreso me lleva a plantear que el programa político a desarrollar en el caso de alcanzar la meta de la AN será aquel que surja:
(i) de los conceptos que deriven del PSUV;
(ii) unido a las expectativas de la comunidad a la cual se le debe uno como su vocero; y
(iii) a las ideas racionales en el marco de la ética formada por los principios socialistas y revolucionarios que poseemos como ser pensante que luchamos por consolidar la Revolución Bolivariana en nuestra Patria.


Fraternalmente,


William E. Izarra
C.I. 3.174.769

jueves, 18 de febrero de 2010

Para Reflexionar en el marco de la Campaña Admirable 2010-2012

El tiempo real y el tiempo político

El tiempo es implacable. No sólo es que nunca se detiene, sino su veloz transcurrir. Hace escasamente unos instantes atrás estábamos dándonos el abrazo de año nuevo y, ahora, apenas abrimos los ojos vemos que ya transcurrió carnaval de febrero y se hacen los preparativos para la semana santa de marzo-abril.

Cuántas cosas han sucedido en este lapso de 2 meses. Expectativas incumplidas. Cursos de vida inesperados. Innovaciones fuera de los planes trazados. Ilusiones y motivos que aparecen para continuar la lucha diaria. En fin, etapa de reconsideraciones que nos pueden obligar a girar, en más de una oportunidad 180 grados y hasta los mismos 360 para retornar a un punto que ya lo habíamos dado por agotado. Sin embargo, nada puede impedir que el tiempo avance inexorablemente. A veces, hasta en forma cruel y despiadada. Por eso es que tenemos que ser realistas y ubicarnos en la justa dimensión de su significado. Y si no podemos doblegar su ímpetu para que nos permita reflexionar deteniendo su curso, asumamos el reto de ir a su misma velocidad generada por las leyes del misterioso universo y la vida. No obstante, el tiempo real (por ejemplo los dos meses que nos separan de diciembre) se diferencia del tiempo político. Si ha sido un tiempo de avance muy veloz, tanto que nos ha impedido cumplir con las primeras metas que nos propusimos alcanzar en este lapso del nuevo año, en el quehacer político dos meses pueden definir el nacimiento y consolidación de una nueva situación nunca antes imaginada (valga decir, en menos de 12 horas se asumió la elección de los candidatos a la Asamblea Nacional en cada circunscripción por la militacia de base). Las decisiones políticas nos llevan de la nada al todo en un efímero segundo y viceversa. Ayer se pudo haber estado en la cúspide del mando (ministro, asesor, jefe de unidad) y de la euforia del umbral del poder (dentro del entorno del primer anillo del líder) pero hoy, como causa de una decisión materializada en una palabra o una comunicación escrita, se estará en el fondo del abismo sin mando y sin contar con la fidelidad expresada por ese conjunto de adulantes e hipócritas que deambulan por los lados de quienes están próximos a ese poder.

Desde esta perspectiva y atendiendo a esta reflexión, la medida del tiempo real nos indica que para las elecciones de septiembre apenas nos separan siete meses. Algo asi como la distancia que nuestros recuerdos puedan materializar desde lo que hicimos en el lapso de las vacaciones escolares de julio-agosto hasta hoy. Por ejemplo, la alegría manifestada por quienes terminaron su año lectivo y se graduaron o fueron promovidos a un curso superior; o los alfereces de las Academias Militares al verse ya como oficial de las FAB cumplido el tránsisto de la vida de cadete a la de profesional; o el golpe sentimental que arranca la raíz de las emociones al saber la pérdida de un ser amado. Si nos detenemos un instante y repasamos en nuestra memoria los eventos que cumplimos en este período y seguimos hacia las actividades que realizamos durante enero y febrero, lograremos tener una síntesis de hechos que todavía están muy frescos en nuestro ser y espíritu. Tan es así que pareciera imposible que esos hechos hubiesen transcurrido hace siete meses. Pues bien, ese mismo lapso es el que nos separa de la elecciones de septiembre.

Por lo tanto, hay que acelerar el trabajo político en el marco de la campaña admirable. El tiempo real nos obliga a realizar una faena de 48 horas en una de 24. Cada revolucionario tiene que tomar conciencia de la especificidad de sus tiempos (reales y políticos) y, en consecuencia, definir su propia campaña admirable. Cada quien en su propio ámbito de competencia. Por ejemplo, el CFI en su ámbito de competencia tiene que desarrollar su estrategia en tres direcciones: (i) en el plano del individuo, estimular la conciencia crítica; (ii) en el plano de la comunidad difundir la ideología revolucionaria y formar cuadros; y (iii) en el plano de la investigación, hacerle seguimiento permanente al desarrollo de las actividades del Comando Sur y, muy particularmente, lo que hace su jefe el general Douglas Fraser. Un militante de base miembro de un consejo comunal su ámbito de competencia es el propio consejo comunal o un sector de la comunidad (una manzana, o un grupo de residencias familiares) y es en esta extensión donde se ubica su alcance y donde tiene que cumplir las faenas políticas de su propia campaña admirable: restar espacio a la contrarrevolución y ganar terreno a las fuerzas propias para avanzar hacia la consolidación del socialismo.

El tiempo real nos debe incentivar a tomar conciencia que lo inexorable del tiempo coarta la productividad de nuestro esfuerzo. De tal manera, y a fin de obtener beneficios concretos y observables del esfuerzo que demanda la lucha política, tenemos que proyectar todas las tareas (producto de la inventiva y de nuestro particular talento) que en nuestro ámbito de competencia se requieren cumplir para asistir a las elecciones de la Asamblea Nacional con la certeza de alcanzar la victoria e impedir que las fuerzas contra-revolucionarias logren posesionarse de esa institución vital para la revolución (generador de la estructura jurídica para transformar la vida nacional). Cada uno de los que cree en este proceso y lucha por su profundización tiene que actuar políticamente (racionalmente audaz y con plena seguridad de sus actos) para impedir el avance de esas fuerza adversas que se fortalecen con cada evento que nosotros dejemos de cumplir. Si no lo hace, lo harán ellos y en consecuencia restarán energía a las fuerzas propias para obtener la victoria de manera contundente.

La proyección de tareas (a escasos siete meses) nos permitirá seleccionar el camino principal por el cual hay que transitar. Esa proyección nos indicará lo que no debe dejar de hacerse. Con esta visión de objetivos mantendremos la factibilidad de concretar la meta propuesta. No obstante, la práctica de la dialéctica de un proceso revolucionario puede conducir a la frustración. Este tiempo de siete meses es bastante largo para los hechos políticos que van a darse, tanto en lo interno del PSUV como en lo externo de la escena nacional e internacional. En este tiempo puede variar el curso de la vida de la República y así afectar a la de los revolucionarios. En este tiempo pueden tomarse decisiones que alterarán las expectativas personales, como por ejemplo, no ser postulado como candidato. Y eso puede cambiar la actitud política si no se tienen bien elaborados los objetivos trascendentes que justifican la lucha día a día. De manera que, tiempo real y tiempo político son dos ciclos de un mismo intervalo que pueden entrar en contradicción y que no dependen de nuestra voluntad. Pero, lo que si depende de nosotros mismos es la definición de nuestros objetivos políticos. Objetivos que no tienen por qué verse alterados por la inclemencia del tiempo, sea este real o político. Si tenemos claro y así lo sentimos de alma y corazón que nuestra lucha no es por un cargo de poder, sea la Asamblea, la Gobernación o la Alcaldía, sino por la implantación de un nuevo sistema de vida en nuestro país y en el Continente (político, económico, social y cultural) entonces estaremos bien identificados con el proceso revolucionario. Lo electoral (específicamente en el plano personal) es meramente una acción táctica y, por lo tanto, capaz de ser prescindible. El proceso revolucionario, que es lo estratégico, sí tiene que significar para nosotros la vía que debe generar los cambios de estructura que desde hace diez años estamos luchando por establecer en Venezuela. Si nos identificamos con el proceso que apunta hacia las verdaderas transformaciones, entonces nuestro esfuerzo y sacrificio nunca deberá considerarse que ha sido en vano.

El tiempo no espera y nos puede sorprender si nos dormimos en la enigmática dilación de que llegue algo no trabajado con sudor y talento. El tiempo aunque logra curar heridas (real) y frustraciones (político) sigue siendo implacable. El tiempo de hoy es un impedimento al sosiego y serenidad; pero, seamos duro ante su paso despiadado, aceptemos el reto de enfrentarlo y doblegar su tránsito devastador. Hagamos del tiempo un instrumento para permitirnos crecer y crear nuevos caminos que nos incentiven a seguir luchando por las metas que buscamos por muy imposibles que se nos presenten. El tiempo pasa y aunque nos vayamos poniendo viejos, tenemos que dominarlo y hacerlo un incentivador de nuestro espíritu, de nuestra vida, de nuestro amor por el prójimo y por lograr el bien común del colectivo.