Mis reflexiones para los nuevos gobernadores de
la Revolución. Considero que su trabajo político en el marco de la Revolución
Bolivariana tiene que desarrollarse en tres direcciones: (iii) transformar la
estructura orgánica de la gobernación y sus relaciones; (ii) resolver los
problemas pragmáticos de la comunidad regional; y (iii) consolidar la espiritualidad revolucionaria
de las comunidades organizadas y por organizar.
La esencia de la Revolución es alcanzar el cambio
de estructura para hacer de la emancipación (liberación de toda signo de
dependencia) un acto y no algo potencial que nunca se materializa. Si los
gobernadores internalizan este principio ductor del hecho revolucionario tienen
entonces que aceptar que la institución que comienzan a dirigir –unos continúan
en el ejercicio- no es revolucionaria. Es tan solo una herencia del modelo
reformista cupular de la IV República que sigue vigente paralelamente a la
transición hacia el socialismo. De allí que, la base de funcionamiento de todas
las gobernaciones tienen que transformarse para crear una nueva estructura que
la soporte con base en los postulados revolucionaros que buscan: (i) inventar
las vocerías populares de dirección de la sociedad; y (ii) la concreción del
autogobierno como corresponsabilidad del colectivo y la autoridad institucional
para definir metas y fines de la comunidad regional.
Los componentes orgánicos que hoy han encontrado
los gobernadores al posesionarse del mando son formalismos reformistas. Valga
decir: direcciones, secretarías, comisiones y entes adscritos forman parte del
todo que hay que convertir en nueva génesis. Si están obligados por las leyes
vigentes a darle funcionamiento a esa estructura reformista, designando
individuos para encargarse de los componentes, eso constituye una mera
formalidad transitoria. Lo nuevo permanente vendrá en el mediano plazo una vez
que se active la centrifugadora revolucionara para hacer la conversión plena.
Visto así el trabajo de cambio estructural a
desarrollar, el gobernador tiene que concentrarse en dos objetivos simultáneos:
el primer objetivo es la resolución de los problemas existenciales de las
comunidades empleando para ello la estructura vigente (formalismo transitorio) con
sus componentes de dirección; y el
segundo objetivo (centrifugadora), de carácter simultáneo, es involucrar con un
alto nivel de profundidad, a la comunidad regional en el Saber. La revolución
para que sea un acto concreto y se derive de ella el poder popular
constituyente de manera permanente y en constante movimiento (emancipación)
exige que sus colectivos organizados e individuos que la soportan posean
conocimientos densos para interpretarla, asumirla, teorizarla, inventarla y
consolidarla. El conocimiento como base del saber lleva en sí de manera
implícita el dominio de la tesis ideológica que sujeta la Revolución
Bolivariana. Si el gobernador entiende este postulado fundamental y si
realmente tiene voluntad de avanzar en la Revolución, el segundo objetivo pasa
a convertirse en la meta y el fin que servirá de imagen y orientación para su
acción –ahora sí- revolucionaria.
Esta es la centrifugadora revolucionaria de un
gobernador revolucionario: involucrar a la comunidad en el saber. Es lo mas
significativo de la gestión de los gobernadores en esta nueva etapa el Proceso
Revolucionario. Si así lo hacen, lo demás (resolución de problemas comunitarios
y cambio estructural) llega casi por inercia de la acción revolucionaria del
pueblo, Porque además de ilustrar a los
colectivos y comunidades, el Saber induce al desarrollo de la fuerza interna de
cada quien. El saber como suministrador de conocimientos es un acto espiritual del
ser humano. El conocimiento da la suficiente fuerza de cohesión espiritual que
induce a la identificación de lo que cada revolucionario lleva por dentro (algunos
no lo han descubierto todavía) como lo es la energía morfogenética. Fuerza
integral el ser que une razón, corazón y alma para luchar irreductiblemente
hasta consolidar la Revolución Bolivariana.
El conocimiento tiene que abordar la ideología
del SBSXXI para que puedan sembrase los nuevos cimientos del nuevo modelo de
sociedad. Si se domina la ideología se tiene avanzado el mayor trecho en las
acciones revolucionarias destinadas a consolidar la Revolución.
Es también el conocimiento la vía para ilustrar a
quienes tienen que inventar las categorías de ese SBSXXI en construcción y que
exige el aporte intelectual del pueblo ilustrado, La autogestión que se deriva
del Cambio de Estructura, por ejemplo, se hace acto (hecho concreto) con el
conocimiento para inventar los productos que exige el nuevo modo de producción
autónomo de los colectivos organizados o comunas. El conocimiento como parte
del saber genera una nueva cultura que minimiza la alienación cuya expresión
mas visible es el consumismo irracional desbordado en derroche.
Así pues que este objetivo de carácter
intelectual-espiritual se convierte en la razón de ser de los nuevos
gobernadores de la Revolución. Los
gobernadores tienen que apartar una porción de su tiempo destinado a la gestión
y dedicarla al estudio y a la reflexión. Tienen que detener el tiempo para
reordenar sus ideas y llenarse también de sabiduría. Tienen que estudiar y profundizar
la tesis ideológica de la Revolución. Si los gobernadores se involucran
decididamente en activar la nueva etapa del Proceso como lo es el Cambio de
Estructura y siguen más o menos en la dirección que les señalo, entonces se
podrá cumplir lo que Diosdado dijo en uno de sus discurso de juramentación: “…si cada uno de nosotros fuera Chávez por
5 minutos tendríamos revolución para rato (larga data)”.
Por mi parte, cumplo con lo que mi ética y moral
revolucionarias me indican: observar, relacionar y difundir los hechos estudiados
de cada gobernación en palabras y textos. Lo seguiré haciendo y señalaré los
reparos que tienen que hacerse a aquellos que se alejan de la vía
revolucionaria.