La inusitada irrupción de
una campaña internacional de noticias frívolas, con eje en la escasez de
productos de belleza, Botox, prótesis para implantes de senos y materiales para
cirugías estéticas en un país que ostenta el récord de 13 coronas de Miss Mundo
y Miss Universo, podría ser parte de un nuevo “calentamiento” mediático
dirigido a generar nuevas acciones de violencia callejera para no dar “ningún
respiro al gobierno chavista” de Nicolás Maduro en Venezuela.
La novedad, ahora, es la
tercerización del caos, con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España
en la tarea de subrogar las acciones de desestabilización encubiertas de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense, y la Fundación para el
Análisis y los Estudios Sociales (FAES), del Partido Popular del ex presidente
del gobierno español José María Aznar como articuladora de una red
internacional de think tanks y ONGs neoconservadoras que impulsan un cambio de
régimen en Venezuela.
Inscrita en la guerra no convencional
o de cuarta generación, la nueva ofensiva que podría desencadenarse en los
próximos días, fue planeada en el marco de una serie de conferencias
denominadas Campus FAES 2014, celebradas en la localidad madrileña de
Guadarrama a finales de junio y principios de julio pasado.
El evento, clausurado por el
jefe de gobierno español Mariano Rajoy, contó con la participación del diputado
golpista venezolano Julio Borges y el alcalde guarimbero de Chacao, Ramón
Muchacho, ambos del corrupto partido Primero Justicia, y con un discurso
grabado de la ex diputada opositora María Corina Machado, fundadora de la ONG
Súmate (financiada por la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados
Unidos) y firmante del Decreto Carmona durante el golpe de Estado de 2002, a
quien la Fiscalía de su país le ha prohibido salir de Venezuela porque es
investigada por terrorismo.
Durante la realización del
Campus FAES 2014, el par de opositores venezolanos sostuvo encuentros paralelos
secretos con Aznar y funcionarios y analistas del CNI, el servicio de
inteligencia español que dirige Félix Sanz Roldán. Ambos habrían recibido
instrucciones concretas sobre los procedimientos tácticos y estratégicos para
desencadenar una nueva fase de enfrentamientos callejeros, guerra psicológica,
ingobernabilidad y acciones de desgaste del gobierno de Nicolás Maduro.
El CNI habría garantizado el
adiestramiento y el financiamiento necesario para la ejecución de los nuevos
planes subversivos en Venezuela, que estarían siendo coordinados en secreto en
estrecha colaboración con el gobierno de Barack Obama y la CIA.
Cabe recordar que en 2013,
gracias a las filtraciones sobre vigilancia mundial de Edward Snowden, se
conoció que el Centro Nacional de Inteligencia español había estado colaborando
de manera cercana con la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos,
en el espionaje masivo de millones de ciudadanos españoles, interceptando de
manera directa o ayudando a interceptar millones de megadatos de registros de
llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos.
En la etapa, la
tercerización de la desestabilización, el caos y la violencia sediciosa en
Venezuela vía España, trata de no dejar evidencias de los vínculos del CNI con
los servicios de inteligencia y espionaje estadunidenses, para que la oposición
venezolana no sea objeto de una campaña de descrédito gubernamental.
En las reuniones de Borges y
Muchacho con funcionarios del CNI se habría puesto énfasis en la organización y
movilización callejera de jóvenes estudiantes venezolanos, y discutido los
temas y los llamados talking points que se deben abordar en cada uno de los
discursos, conferencias de prensa y campañas mediáticas que se organicen en la
nueva fase de guerra psicológica y terrorismo mediático.
Como acciones prioritarias
de la nueva ofensiva, el CNI español y la CIA estadunidense habrían determinado
incentivar las especulaciones sobre las divisiones internas dentro del gobierno
de Venezuela, con eje en mensajes desinformativos que señalen el estancamiento
económico, la escasez de productos de primera necesidad (entre ellos medicinas
y alimentos), la falta de gobernabilidad en el país y la supuesta disminución
de popularidad del presidente Maduro.
Otro eje capital de la
campaña es mantener “calientes” las calles y no dejar que muera la presencia
opositora en ellas, para lo cual resulta fundamental reavivar al movimiento
juvenil.
En ese sentido, se habría
dispuesto facilitar un mayor apoyo político y logístico a las manifestaciones
estudiantiles en los estados donde la oposición tiene mayoría. Dentro de esa
estrategia juegan un papel de suma importancia los estados fronterizos con
Colombia controlados por gobernadores opositores. En las reuniones se habría
considerado vital la llamada estrategia de la “Media Luna”, encaminada a que la
oposición logre retener y asegurar el control de dichos territorios.
Otra prioridad de la campaña
mediática antigubernamental es el incremento del uso de las redes sociales. A
tales efectos se habilitarán cursos en España para entrenar a miembros de la
oposición venezolana en nuevas estrategias de comunicación y el empleo efectivo
de las nuevas tecnologías en la materia.
A esos cursos ha sido
programada la asistencia de 50 jóvenes venezolanos, que después de recibir
entrenamiento deberán compartir lo aprendido y extender sus conocimientos a la
masa juvenil opositora.
Otro punto clave de la nueva
fase desestabilizadora es la continuación del desarrollo de acciones
conspirativas en el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), con
el objetivo de fragmentar el sector militar y facilitar, en consecuencia, con el
gobierno pierda apoyo en filas castrenses. En las conversaciones se habría
puesto énfasis en la necesidad de mantener total discreción y tomar las medidas
de seguridad necesarias para evitar ser detectadas por el gobierno.
También se conversó con
Borges y Muchacho acerca de la necesidad de realizar estudios sobre los
movimientos de dirigentes del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV)
y del gobierno de Maduro, y en especial de reconocidas personalidades
artísticas y deportivas, con la finalidad de planificar eventuales acciones de
secuestro y otras acciones violentas que generen terror y caos en la población
y al mismo tiempo fomenten la campaña sobre la inseguridad en el país.
En esas reuniones quedó
estipulado que debido a su posición al frente del FAES y sus fuertes vínculos
con diversos sectores latinoamericanos y venezolanos, José María Aznar, quien
estuvo involucrado en el golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo
Chávez y la Revolución Bolivariana, fuera el enlace principal con los
dirigentes opositores.
El FAES es apoyado por
importantes empresas afines a su ideología, que tienen intereses económicos en
América Latina, como BBVA, Santander y ENDESA. Entre los íntimos colaboradores
de la Fundación hay personajes relevantes de los medios académicos,
periodísticos y diplomáticos de la derecha latinoamericana y europea, entre
ellos el ex alcalde de Chacao Leopoldo López, actualmente preso, y una red de
intelectuales “amigos” que impulsan la visión neoliberal y neoconservadora en boga,
como el mexicano Enrique Krause, el cubano-español Carlos Alberto Montaner, el
chileno Jorge Edwards y el peruano Álvaro Vargas Llosa.
El papel del FAES en la
nueva ofensiva en ciernes radica en su articulación con un grupo de “tanques de
pensamiento” neoconsevadores como el Cato Institute, American Interprise
Institute, Heritage Fundation, International Republican Institute (IRI) y una
red de partidos, ONGs y fundaciones latinoamericanas.
Sin embargo, lo que más
destaca en la coyuntura es la abierta participación del Centro Nacional de
Inteligencia en la trama. Las funciones del CNI son proporcionar información,
estudios y análisis al gobierno español y a su presidente. A sus actividades de
espionaje, contrainteligencia y contraterrorismo suma ser el interlocutor
habitual de servicios de inteligencia y organizaciones supranacionales (como la
NSA, la CIA y los servicios de la OTAN).
Como el antiguo CESID
(Centro Superior de Información de la Defensa), se dice que en el exterior las
principales zonas de operación del CNI son en el norte de África y
Latinoamérica.
En síntesis, durante las
conversaciones secretas del Campus FAES 2014, quedó lista la logística para una
nueva fase de desestabilización subversiva, guerra sucia y terrorismo mediático
de Estados Unidos y sus aliados europeos contra la Revolución Bolivariana de
Venezuela.
*Carlos Fazio es periodista,
investigador y profesor universitario.
**Artículo publicado
originalmente en el portal Rebelión el 29-09-2014.