El Bien es la virtud y el Mal la negación del todo
William E. Izarra
"Si tengo que morir por las ideas que sustentan la Revolución moriré
feliz por Chávez y Bolívar. Inmortales de paz"
La energía de la fuerza espiritual cuando es parte de la razón y el alma
trasciende la vida material y va al plano del universo infinito. Cuando se une
razón y espíritu en el ser, emerge la energía morfogenética lo que hace que la
lucha para batir las adversidades se haga acto; cambia su esencia y de una
expresión posible como algo potencial se transforma en lo concreto de la
acción.
La acción puede adoptar la fuerza de la lucha, la cual en el plano material
contra el fascismo, por ejemplo, se hace exponencial (aceleración infinita) al
imprimirle energía, conciencia e ímpetu para vencerlo. El fascismo como factor
psicológico empleado para aterrorizar y liberar el pánico en la colectividad se
somete con la firme y aguda convicción ideológica de la razón de lucha,
de la fuerza de la conciencia, de la inquebrantable decisión de consolidar
un nuevo modo de vida social.
Se lucha por ideas, sueños, amor por el prójimo, transformar la realidad.
En la lucha, por naturaleza y praxis de la humanidad en nuestro planeta,
siempre ha existido la confrontación entre el Bien y el Mal; es como una ley
natural existencial. El Bien es la virtud más elevada del acto humano; por el
contrario el Mal es la expresión más baja del ser que manifiesta perversidad,
vileza, crueldad.
El Bien son los principios, la ética, la moral de la justicia, la razón del
espíritu. El Bien es el amor al prójimo y la Buena Voluntad. El Mal es el odio,
la devastación consciente, la intención de hacer daño, la negación de la idea,
del pensamiento y de la Revolución.
El Bien es la Revolución Bolivariana. El Mal es el fascismo que hoy intenta
castrar un nuevo modo de vivir en sociedad. El Bien es la Patria, es Bolívar,
es Chávez. El Bien es la energía que manifiesta el revolucionario para el Bien
Común.
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