Transformación
del Partido Político al vencer la GNC
William
E. Izarra
Al
superar la Guerra No Convencional (GNC) y someter a la conspiración de la
derecha mundial en conjunto con el Comando Sur, Departamento de Estado y
Presidente de USA, el Proceso Revolucionario asciende a un nuevo estadio de la
Revolución en el cual, las comunidades organizadas, autoridades del gobiernos,
entes afines al proceso bolivariano tienen que revisar el concepto y funciones
actuales del “Partido” a fin de
acoplarlo a las nuevas experiencias y necesidades de la Revolución. Su rol de
intermediación entre el Estado y las comunidades bajo la metodología del
clientelismo corresponderá a una etapa ya superada.
La
concepción teórica del Partido y su
ejercicio en la práctica revolucionaria de hoy es una forma de mantener el
“statu quo” de dominio hegemónico que ejerce la Contra-revolución mundial por
vía de los actos imperialistas de las potencias que controlan al mundo. Partido es un factor político de
manutención estructural y no de emancipación del colectivo. Por eso es que su
práctica no se fundamenta en la generación de conciencia política a las
comunidades sino que consolidan una relación basada en el clientelismo.
El
clientelismo, práctica contrarrevolucionaria, es sinónimo de puntofijismo,
demagogia, democracia representativa, pragmatismo, es decir, la postura
política de la conveniencia y manipulación que se le hace al colectivo para
alcanzar objetivos particulares. Vamos a entender por
clientelismo el intercambio de beneficios entre un elemento de poder y otro ser
menesteroso, privado de ese poder, mediante el cual el poderoso entrega
protección y satisfacción de necesidades materiales; y el menesteroso le
corresponde con su conciencia.
Los
partidos y movimientos políticos vigentes en Venezuela son clientelares. Aunque
sostengan su apego a un nuevo orden social basado en la Constitución
Bolivariana, apoyen al Proceso Revolucionario, se identifiquen con el chavismo,
a pesar de todo lo que declaren sus dirigentes, su práctica no es
revolucionaria. No han podido deslastrarse de la cultura que hemos heredado de
la IV República y del modelo capitalista. Valga decir:
(i)
sigue la cúpula siendo
el ente que decide todo;
(ii)
se apropia de las
instancias populares y se le arrebata al colectivo organizado la potestad de la
participación para definir su propio destino;
(iii)
organiza a la
militancia para asumir el poder desde la concepción burocrática (usufructo de
poder y clientelismo);
(iv)
ausencia de humildad
en las inter-relaciones personales, auspiciando consciente o inconscientemente
la rivalidad entre todos;
(v)
carencia de voluntad
para sumarse a la acción solidaria de abrirle los espacios al poder popular;
(vi)
ausencia de
disposición para estimular al colectivo a asumir el autogobierno como precepto
de la emancipación plena del colectivo y del nuevo ser revolucionario.
Cambio
de Estructura es el acto de transformar, sustituir o reemplazar la base de
funcionamiento de un ente, componente o elemento y sus relaciones; por otro
cimiento, razón o génesis a fin de crear un nuevo origen y racionalidad entre
todos los factores que intervienen en sus conexiones y enlaces. Es arrancar de
raíz todo indicio de sostén de los factores contra-revolucionarios y
reformistas que dejan abierta la brecha para que se mantenga o perpetúe el
capitalismo.
Por
su parte, en simbiosis con el cambio de estructura aparece el autogobierno;
valga decir, el acto autogestionario de un colectivo organizado para asumir su
dirección a fin de alcanzar las metas de la emancipación plena decididas en
asambleas de ciudadanos de manera autónoma y soberana. Cambio de Estructura y
Autogobierno tienen que ser los objetivos de lucha de todas las organizaciones
políticas identificadas con la Revolución Bolivariana en las nuevas etapas del
Proceso Bolivariano.
La
intermediación clientelar como elemento característicos de estas organizaciones
políticas en el momento actual no puede continuar siendo su fin. El surgimiento
de los Voceros incide de manera determinante en derrumbar la estructura cupular
como entidad rectora de las decisiones que le competen al colectivo. La vocería
también va a dejar de lado la rivalidad; pues, ya no será el individuo quien
tomará las decisiones. Éstas, serán procesadas en colectivo bajo la metodología
asamblearia. Por eso es que los rasgos predominantes del Proceso Bolivariano,
los Partidos y organizaciones afines, tienen que comenzar a ajustarse a lo que
será su futuro inmediato.
El
papel del partido y las organizaciones afines sigue siendo vital.
Principalmente el de instrumento electoral. Es significativo señalar que en el
paradigma establecido en 1997 --decisión del MBR200 de ir a
las elecciones en 1998-- la revolución se busca, se
alcanza y se consolida por la vía electoral. Camino para crear el poder
popular; y ese camino lo construye, lo induce y lo enseña el partido y demás
organizaciones políticas afines. Por lo tanto, esa será la ser la razón
existencial del partido y organizaciones afines: ir a las elecciones para tomar
el poder y transferirlo a la comunidad organizada.
La
lucha del partido y organizaciones políticas, bajo la orientación de
transferirle el poder al pueblo, tiene que fundamentarse en:
- darle sustentabilidad a la
formación ideológica y a la enseñanza cultural de la concepción
revolucionaria como cambio de estructura y autogobierno;
- profundizar las diferencias entre reforma
y revolución a fin de que se asuman las etapas y fases del Proceso para
consolidar el Bien Común del colectivo y Buena Voluntad del nuevo ser
revolucionario;
- capacitar a las comunidades
para el ejercicio del poder popular y, muy particularmente, la ejecución
del mandato constitucional por vía de las 5 leyes promulgadas con esta
finalidad;
- generar la carrera del
militante político con base en la formación teórica, su ejercitación
práctica y su sometimiento a las decisiones asamblearias de base;
- contribuir con el poder del
Estado en la preparación del pueblo para la defensa integral de la Nación;
- estimular el convencimiento
en cada individuo que la revolución no es pragmatismo sino espiritualidad,
lo que determina una concepción del mundo y de la vida totalmente diferente
a la reformista;
- colocarse a la orden del
gobierno nacional para ampliar la base política en las comunidades con el
objeto de desarrollar las líneas estratégicas de los planes del gobierno
revolucionario.
Debemos
internalizar la humildad y prepararnos (al vencer la GNC) para entrar en otra
Etapa del Proceso Revolucionario como vía para consolidar el poder popular. Por
lo tanto, para consolidar la Revolución Bolivariana, el Partido y las
organizaciones políticas afines tienen que asumir su nuevo rol como lo es el de
“Instrumento Político” al servicio de la comunidad.
Racionalidad
del Instrumento Político
Para
interpretar el significado del Instrumento Político en el marco de la
revolución bolivariana hay que definir el espacio político en el cual se
desarrollará. Eso implica precisar tres variables que determinan el proceso
revolucionario:
(i)
elecciones,
(ii)
cambio de estructura,
y
(iii)
sistema
político-social basado en el autogobierno.
En
primer lugar, hay que ubicarnos en el escenario de la lucha por alcanzar la
revolución. Ésta, a partir de 1997, se libra por la vía electoral. El nuevo
paradigma del siglo XXI establece que la revolución se inicia, se desarrolla y
se consolida a través de los actos electorales de carácter revolucionario. Las
elecciones son el instrumento para tomar el poder y transferirlo a las
comunidades organizadas. Léase bien, tomarlo para cederlo, entregarlo, darlo al
pueblo. Acción política diametralmente opuesta a las elecciones
cuando son empleadas para mantener el poder cupular de las cúpulas o cogollos.
En este caso lo electoral no es revolucionario sino usufructuario del poder.
El
acto electoral de carácter revolucionario incide en la concepción ideológica
del poder (emancipación). En la reforma, o modelo político de la democracia
representativa, las elecciones son un instrumento para perpetuar en el poder a
las clases dominantes. Mientras que en la revolución las elecciones son la vía
para emancipar al colectivo nacional. Al transferir el poder, o toma de
decisiones, a la comunidad organizada se está generando un cambio en las
relaciones de poder. La dirección de la sociedad deja de ser un privilegio de
las cúpulas y empieza entonces un proceso de transformación en el modo de
conducir a la comunidad para ejercer su dirección de manera colectiva en sus
respectivos espacios socialistas.
Por
otro lado, la comunidad organizada al tomar decisiones sobre los asuntos de su
competencia, que es lo mismo que definir su propio destino de manera autónoma,
entra en la dimensión del ejercicio de la democracia directa. Empleando el
método asambleario, la comunidad no va a requerir de la intermediación de
ningún otro ente ajeno a sus propias estructuras. La existencia de las Leyes
del Poder Popular es lo más aproximado para explicar el cambio en las
relaciones de poder dentro de la dimensión del cambio de estructura.
Los
Consejos Comunales (revolucionarios, con dominio del saber y conscientes
ideológicamente de la racionalidad del socialismo) integrados por voceros
electos en la asamblea comunitaria, es ahora la instancia que decide sobre las
políticas públicas y los planes de desarrollo para su prosperidad individual y
colectiva. La mancomunidad de éstos, constituye la Comuna, la cual
será el espacio político-territorial para la práctica del nuevo modelo de
sociedad sustentado en el Socialismo Bolivariano. En consecuencia, el propio
aparato burocrático del Estado no se involucra en el proceso decisorio. La
autonomía radica en el Consejo Comunal el cual es concebido, creado y electo
por la asamblea de ciudadanos de la comunidad. En todo caso, el Estado debe
cooperar y capacitar a la comunidad para que pueda ejercer, de manera
satisfactoria, los roles que establece la ley. Pero no se debe involucrar en el
proceso de toma de decisiones.
Cuando
nos referimos al Estado, estamos hablando del gobierno nacional, los gobiernos
locales y regionales, así como de las instancias descentralizadas de su estructura
burocrática. Pero también, se incluyen a los partidos políticos y
organizaciones políticas afines, los cuales ahora no van a ser intermediarios
ante el propio Estado. En la gestión de la reforma, los partidos políticos son el
brazo ejecutor –bajo el método del clientelismo- de las comunidades. Su rol era
carnetizar a todo aquel que se beneficiara de su acción y, así, pasar a
convertirse en un número que sumara votos al momento de la elección. Compran
conciencia a costa de la menesterosidad.
Ahora
ese rol no debe existir más. El partido político ya no puede comportarse como
activador del clientelismo. El partido político tiene que transformarse en
instrumento político para acceder el poder, transferirlo al pueblo y capacitar
a la comunidad para que lo ejerza (tomar el poder, cederlo y capacitar al
pueblo eso es un postulado de la Emancipación). Ese será el rol del partido en
la nueva etapa del Proceso por el que debe trabajar quienes se agrupan
alrededor de la Revolución Bolivariana. El Partido transformado en Instrumento
político surgirá ateniéndose a las variables que determinan el Proceso
Revolucionario. Esa es su racionalidad.
La
interpretación de lo que significa cambio de estructura, objetivo central de la
revolución, es la explicación del por qué el Partido y demás organizaciones
políticas afines dentro del Proceso Revolucionario venezolano no será igual a
las experiencias históricas habidas hasta ahora. La descripción hecha nos
permite elaborar un marco teórico nuevo que justifique un concepto inédito de
su accionar en el sistema político venezolano. De tal manera, que las alusiones
a ejercicios de partidos que han existido anteriormente y que existen en la
actualidad, críticas negativas y hasta positivas; así como, sugerencias que
induzcan a imitar a otras relaciones similares, no pueden ajustarse a una
verdad materializada en hechos concretos, ya que lo que se va a crear en la
nueva etapa del Proceso Bolivariano no tiene parámetros referenciales iguales.
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