Ya están inscritos, por lo que no hay
vuelta atrás. Son ustedes, compatriotas designados, quienes constituyen la
tropa para avanzar en la Revolución y quienes tienen la responsabilidad de que
este Proceso se radicalice y por lo tanto se profundice la Revolució
la inercia y la inacción serán responsables de que el Proceso se mantenga
como estadio reformista de la vida republicana en el siglo XXI. n; o
por el contrario, si se ubican en el plano de
Los cambios que determina el Proceso
Revolucionario se tienen que dar por circunstancias históricas que vienen
gestándose de manera acumulada desde la independencia lograda por El Libertador
Simón Bolívar. No es potestad de nuestra discrecionalidad continuar
entregándonos a la Revolución. Si tenemos conciencia revolucionaria, lo ético
respaldado por la moral chavista es hacer de ese acto electoral del 8D un acto
revolucionario y agotar todas nuestras energías en lograr que se concrete la
transferencia del poder al colectivo nacional.
Como individuos revolucionarios tanto
ustedes, privilegiados electorales, como nosotros simples revolucionarios, somos
poseedores de fuerza interior para luchar, de espiritualidad para amar y de humanismo
para generar nuevos modos de vida; tres condiciones orgánicas del ser
revolucionario que permiten crear la energía morfogenética en nuestro interior para
marcar hitos y romper paradigmas en la continuación de la historia de la
República. Eso es lo que ustedes tienen que hacer: romper paradigmas; no
continuar en la inercia el reformismo.
La energía morfogenética que poseemos y
que debemos descubrir inciden en la determinación de crear nuevos marcos
referenciales para construir y concretar un nuevo modo de vida: la sociedad
socialista sustentada en dos macro-componentes: (i) el Bien Común y (ii) el poder
popular. Esta idea convertida en paradigma es suficiente para entender que el
Proceso Bolivariano nunca es ni será igual o similar, a los otros modelos
políticos que se sostienen con base en el usufructo del poder. La democracia
representativa, por ejemplo, no entiende la vida y al mundo desde una visión de
amor hacia al prójimo. Lo hace sobre el marco capitalista cuya esencia lo
define el beneficio y la acumulación hasta el valor infinito que produce el
mercado. Su razón existencial es el lucro, el egocentrismo, la competencia, la
rivalidad, el individualismo, el consumo. Diametralmente opuesto a la meta de
la revolución.
La diferencia la encontramos que en la
revolución lo espiritual permite que se direccione la acción política hacia la
satisfacción de las creencias basadas en el humanismo. El poder popular, por
ejemplo, significa transferir la potestad de la toma de decisiones al pueblo
organizado. Quien no sienta amor por el prójimo, nunca cederá el poder a nadie.
No dará ni un milímetro de la dirección del aparato del Estado a los grupos
comunitarios que lo necesitan para satisfacer sus expectativas de vida. Eso se
obtiene de manera legítima, cuando por propia voluntad la acción política
inmersa en la convicción de la espiritualidad humana, el revolucionario se
iguala a su prójimo y resaltando la disposición de desprendimiento y de
solidaridad fraterna, decide conscientemente materializar la transferencia de
poder al pueblo. Quienes no pongan en práctica este principio no son
revolucionarios.
El momento actual del Proceso
Revolucionario, generador del escenario del 8D, demanda de los candidatas y
candidatos a Alcaldes y Concejales (esencia de la transformación local)
identificación y concreción con los
postulados socialistas. Justo momento para estimular la conciencia en el
colectivo electoral a fin de expandir su entendimiento, reforzar su voluntad de
lucha y consolidar los factores internos de la energía morfogenética. Momento
que permite iniciar una nueva etapa para ver el socialismo hecho realidad. Tránsito
del pragmatismo del capital al Bien Común del socialismo.
Esta es su responsabilidad, candidatos
y candidatas; y de esto tienen que hablar en su propuesta y en sus mensajes
electorales. Díganle a las comunidades de su ámbito de competencia que ustedes
van a hacer del acto electoral del 8D un acto revolucionario y que en conjunto,
autoridades y comunidad, van a avanzar en la Revolución. Propónganle emplear el
año 2014 como la fase de preparación de las condiciones para cambiar la
estructura: al colectivo a ensañarle el ejercicio del autogobierno; y, a las
autoridades cómo asumir su nuevo rol como vocero del pueblo.
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