Candidatos
y candidatas, no es solo el discurso pragmático. De lo que hizo cada uno para
llegar a ser candidato, de sus sacrificios de vida, de haberse comido las verdes.
No es solamente decir que se es chavista y que se quiere rescatar el espacio
territorial o administrativo a que se postula. Es eso necesario, pero más que
eso también es su pensamiento enriquecido con los conceptos que definen el
Proceso Revolucionario y su tesis de sustento el SBSXXI. Tiene que creer y mas
que creer hacer de la teoría revolucionaria un factor de su vida que le induce
a crear un nuevo marco de referencia para interpretar la acción política, su
rol en el Proceso y su disposición a cambiar la estructura de la dimensión social
reformista y capitalista que sigue vigente hoy en la República.
Insisto en difundir algunos conceptos que proceden del
proyecto originario y de esta manera contribuir al estímulo de la conciencia
revolucionaria de los candidatos del 8D para profundizar la Revolución
Bolivariana.
Etapas y fases constituyen el Proceso Revolucionario. Una
etapa puede tener varias fases y mantener su vigencia por un largo período, como
es el caso de la etapa actual la de la transición, que debe conjugarse con la que se inicia el 8D para
comenzar la etapa del Cambio de Estructura. Las etapas están determinadas por
las fases y éstas, marcan inicios de momentos engendrados por las coyunturas.
Digo que estamos todavía en transición porque no ha
finalizado la confrontación de los sistemas políticos que siguen en pugna. La
reforma, cuya expresión es la democracia representativa no ha muerto. Es la
práctica del Estado burocrático soportado por las normas y costumbres capitalistas
que regulan el mercado. El marco teórico de su sustento esencial se basa en leyes
procreadoras de una cultura alienante, materialista, consumista, pragmática y
rivalizadora. Pero, no solo es el modelo del Estado reformista lo que estimula
la alienanción lo son también los medios de intermediación de la sociedad como,
por ejemplo la iglesia, los gremios profesionales, las asociaciones
mercantilistas, la banca, los partidos políticos y, muy especialmente, los
intelectuales o pensadores anclados en el pensamiento clásico y, con especial
énfasis, en el europeo.
La transición exige romper paradigmas. Uno de ello es la
producción intelectual autóctona. La metáfora del alfarero nos enseña que él,
el alfarero, transforma su matera prima en creación propia. Su obra, producto
de su talento, es una expresión de arte, de belleza, de necesaria utilidad para
el ser. Trabajó la arcilla posiblemente empleando ideas de otros que
contribuyeron a orientar su inspiración. Pero, el resultado es su hechura particular
y específica fruto de la nada.
El
Socialismo Bolivariano del Siglo XXI no es la emulación de modelos existentes
en el presente o experimentados en el pasado. El pensamiento universal de carácter
emancipador es una fuente que estimula la creación. Es equivalente a la materia
prima del alfarero. Pero jamás será copia fiel y exacta. Su base conceptual
teórica se está formando con novedosos juicios que quiebran el pensamiento
clásico con tendencia a replantearse el europeo, cordón umbilical de la élite
intelectual de la contra-revolución. El marco teórico del SBSXXI permite
interpretar el mundo, la vida, el hombre
y hasta Dios bajo paradigmas contrarios a los de los simplistas intelectuales
de la derecha venezolana basados en ideas tomadas de otros pensadores. Gente
que vive de su autoadoración carece de talento propio. Ha sido incapaz de
sembrar su propia semilla para recoger frutos inéditos. Sus ideas son como
prótesis que se agregan a su cuerpo pero sin pertenecerles. Basan sus
reflexiones en citas de la creación de otros.
La fase
actual dentro de la transición nos conduce a la traslación revolucionaria que
es la transferencia del poder a la comunidad organizada y que se tiene que
comenzar a concretar a partir de la victoria del 8D y a la que se le denomina:
Cambio de Estructura. Alcanzar esta meta exige un nuevo marco conceptual
teórico y la elaboración de ideas que rompan paradigmas. Es la razón del
espíritu revolucionario.
Camaradas,
compatriotas candidatos y candidatas del 8D, hagan del acto electoral un acto
revolucionario. Involúcrense con el espíritu originario de la Revolución y
asuman la tríada conceptual: (i) la Agenda Alternativa Bolivariana (AAB, 1996)
se constituye en la base de orientación de todos los planes socialistas de la nación;
(ii) el gobierno se transforma en instrumento del pueblo: (iii) y el acto
electoral se transforma en acto revolucionario.
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