William Izarra, quien es uno de los
actores históricos de la Revolución Bolivariana, afirmó que, desde 1992, “Chávez
pasó a ser un fenómeno sociológico. Cada quien vio a Chávez a su imagen;
pero, de una u otra forma, se les quedó en el alma”.
El miembro fundador del Movimiento V
República (MVR) recordó cuál fue el método para hacer la Revolución en
Venezuela, durante un conversatorio con trabajadores del Ministerio del Poder
Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología.
Los tres puntos críticos que alimentaron
el proceso revolucionario fueron: la lucha armada liderada por el ‘Che’, a
principios de los 60; el estallido social en Caracas, del 27 de febrero de
1989; y la rebelión que sacudió la patria, el 4 de febrero de 1992. Antes del
4-F, hubo 30 años de efervescencia revolucionaria. Ya, en 1979, se había
conformado la Alianza Revolucionaria de Militares Activos. Esta lucha, también,
se nutrió con el pensamiento y la dignidad de las organizaciones civiles de
izquierda.
Izarra subrayó que todos estos hechos
sirvieron de antesala a la irrupción popular que se asomó públicamente el 4 de
febrero de 1992, bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez.
En 1996, por primera vez, este
movimiento dijo: “¡Vamos a las elecciones!”. Muchos no querían, pero Chávez,
con esa singularidad que lo convirtió en fenómeno sociológico, propuso tomar la
decisión en un plazo de cuatro meses. En ese tiempo, el Comandante se
dedicó a tomar el pulso de la Venezuela profunda: fueron días y noches de
marcha por todo el país. Las condiciones estaban dadas; el 19 de abril de 1997
se optó por la vía pacífica.
“Nuestro mayor desafío era cómo
convertir un acto electoral burocrático en un acto revolucionario para tomar el
poder y transferirlo a las comunidades organizadas; es decir: en un Gobierno
que se transformara en instrumento del pueblo”, dijo.
La historia orientó los
caminos. Veintitrés años después, “la mayoría de los movimientos sociales del
mundo tienen como referencia la Revolución Bolivariana —aseguró Izarra—: es una
imagen que los ilumina. Definitivamente, Hugo Chávez tenía método de acción:
poseía conocimiento, organización e ímpetu. ¡Era un pensador con sentido
histórico!”.
Termómetro de la coyuntura actual
Al fijar la mirada
en el presente, el politólogo William Izarra fue enfático en decir que la
coyuntura actual de la Revolución Bolivariana demanda pensamiento crítico. “En
Venezuela, con todo lo que hemos avanzado, aún, tenemos una tarea larga y
compleja: buscar el autogobierno y la autogestión colectiva”, sostuvo.
“Todavía, vivimos
el modelo capitalista en una expresión reformista, consumista. ¡¿Cómo se puede
hablar de socialismo si, todavía, no tenemos la cultura de producir nuestros
alimentos?! ¡¿Cómo hablar de socialismo, si no hemos alcanzado la autonomía de
la producción colectiva?! ¡¿Cómo hablar de socialismo, si no hemos invertido la
pirámide de poder?!”, precisó.
Desde una visión
crítica, Izarra invitó a todos los activistas de la Revolución a investigar y a
construir conocimiento para consolidar el Socialismo Bolivariano: “A
nosotros nos falta consistencia teórica: debemos pasar de la teoría del
desarrollo a la teoría de la emancipación. El conocimiento que generemos nos
tiene que decir cómo producir para el bien común, no para el mercado. También, debemos
definir indicadores para medir el socialismo. Necesitamos conocimiento y
tecnologías para profundizar las transformaciones”.
Las colas del vacío de pensamiento crítico
Izarra alertó
sobre el principio de la vacuidad que define los escenarios políticos: “Si yo,
como sujeto revolucionario, no actúo, mi espacio lo llena el contrario. Por
eso, todos debemos politizar (en el significado justo) los colectivos.
Necesitamos evangelizadores ideológicos para desmontar los valores
capitalistas”.
Durante su exposición,
reiteró que el país reclama conciencia. “La ausencia de capacidad
crítica hizo que la oposición venezolana copiara la composición de acciones y
dispositivos golpistas de Chile. Hay gente que lo desconoce, y ni siquiera sabe
cuán profunda es su ignorancia”.
Para Izarra, el
vacío de pensamiento crítico no tiene límites: “Muchos de aquellos que militan
en las filas de la Revolución tienen juicios consecuentes con valores de la
ideología capitalista. Muchos creen que están luchando por el socialismo, pero
sus perspectivas y prácticas de vida están marcadas por el capitalismo”.
Advirtió que no
podemos avanzar en el camino de la izquierda, si no conocemos la izquierda.
“Arrancar de raíz la estructura capitalista que hemos heredado implica
conocimiento y acción. Parte de las cosas que estamos viviendo en Venezuela,
como las colas, es producto de la falta de conocimiento. En Venezuela,
probablemente, nos encontramos en una etapa de estancamiento y retroceso
político por la ausencia de pensamiento crítico”, juzgó.
“Les pregunto:
¿quién está yendo a los barrios y a las zonas rurales a construir
conocimiento?”, interpeló Izarra a los trabajadores del Ministerio del Poder
Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Mppeuct).
Enfatizó que la práctica
burocrática no es la razón de ser de los entes y órganos del Estado. En
esta dirección, puntualizó: “El Ministerio para Educación Universitaria,
Ciencia y Tecnología tiene el corazón de conceptos de la transformación
cultural. Ustedes [a los trabajadores del Mppeuct] están donde se debe generar
conocimiento para sustentar el cambio”.
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