En posición de firme, correctamente uniformado con la gorra sostenida en su lado izquierdo, como lo manda el reglamento militar, el Comandante Luciano a viva voz y mirando al frente solicita permiso para pasar a la sala. Antes pudo ganarse la confianza del ayudante del Ministro y entrar al recinto dos horas previas a la cita para colocar en posición estratégica la pantalla portátil, el retroproyector y las 5 carpetas gruesas que contenían todo el material que justificaba sus planteamientos. De no ser por la ayuda que le brindó el Mayor Dionisio no hubiese podido asumir su defensa con todos los gráficos y documentos que requiere una explicación argumentada para evitar su baja de las Fuerzas Armadas.
A Luciano lo delata un oficial subalterno quien al tratar de ser captado para su lucha, entró en estado de pánico y salió directo a confesarle a un compañero lo que le acababa de acontecer. Éste, que era agente secreto, levantó un informe y lo entregó a su agencia. La Dirección de Inteligencia Militar inició las averiguaciones y determinó que Luciano estaba implicado en algo contra la democracia, acusándolo de participar en una conspiración marxista-leninista en el seno de las Fuerzas Armadas.
En esa sala se reunía el Consejo de investigación que decidiría la suerte de Luciano. Tres expedientes le instruyeron los diferentes cuerpos que determinaron competencia para investigar sus andanzas; y los tres expedientes fueron revisados por los 5 miembros del Consejo. Luciano, al solicitar el permiso para entrar y mirar la mesa larga de madera con las poltronas ejecutivas donde se sentaban los cincos quedó sorprendido con lo que veía; pues dos estaban uniformados de color beige, dos de azul y el quinto de verde. Eso le dio plena seguridad de su triunfo. Supo entonces que la visión que tuvo con la gnóstica María la noche anterior se haría realidad. Los espíritus de luz que llamó María le indicaron que un hombre vestido de verde con mucho poder se lavaría las manos como Pilatos y cerraría la investigación por falsas e inconsistentes pruebas. Inaudito para él que alguno estaría de verde ya que 3 eran del Ejército y su uniforme es beige y los otros dos de la Aviación de uniforme azul. Sin embargo, el Ministro -oficial del Ejército- venía de una faena en uniforme verde y como Jefe máximo decidió asistir a ese acto vestido así. Luciano se iluminó. Se generó una fuerza interna centrifugadora que le dio el poder para salvar su causa. A su lado, sin ser percibidos por el ojo humano, estaban los espíritus de esa noche.
domingo, 15 de enero de 2012
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