Formé parte de la II cohorte de docentes que recibió el curso de inducción para ingresar a la Escuela Venezolana de Planificación (FEVP). Un colectivo de jóvenes profesores, encabazado por el ahora ex-presidente de la Fundación Nicmer Evans, tuvo la responsabilidad de conducirlo. Los resultados de ese evento didáctico, bajo los parámetros que encierra la esencia existencial de la Escuela, fielmente interpretados por este grupo de jóvenes revolucionarios los puedo sintetizar así: (i) alto significado del espíritu de cuerpo, lo que permite la cohesión y la identificación homogénea del grupo; (ii) claro sentido de pertenencia al Proceso Revolucionario y por consiguiente a la institución FEVP, lo que genera que el equipo transmita confianza y seguridad; (iii) dominio del conocimiento en las áreas de su competencia, lo que hace que se alcance con facilidad el propósito didáctico que se busca; (iv) marcada voluntad política para estimular la disposición a luchar por la profundización de la Revolución; y, (v) talento creador para inventar y generar bases científicas que le den logicidad, viabilidad y concreción al SSXXI.
Estimo que un equipo humano con estas características es una garantía para que los objetivos de los cursos fundamentales de la Escuela como lo son el Diplomado, las Especializaciones y las Maestrías, así como su vínculo con las comunidades organizadas incidan de manera significativa en sentar las bases de la nueva institucionalidad que persigue solidificar el proceso Revolucionario; y, además, generar conciencia crítica a fin de asumir el SSXXI.
Reconozco el trabajo que hizo el equipo constituido por: Nicmer Evans, Farith Fraija, Edgar Pérez, Isidro Ramírez, José Luis Guerrero (excelente su taller de sensibilidad humana), Nelson Mata, Karen Quintero y José Rafael Mendoza.
Hasta aquí la historia de un hecho real que parecía ser la antesala de una cadena eventos en el campo de la docencia e investigación que apuntaba a satisfacer objetivos de la revolución escasamente alcanzados en estos primeros diez años. Pero, parece ser que lo efímero en la ruta de la profundización del Proceso para alcanzar la nueva institucionalidad en un nuevo marco de la sociedad venezolana es lo que predomina en la práctica de los funcionarios públicos que asumen circunstancialmente la dirección de las estructuras orgánicas del Estado. Con el cambio del Ministro del Poder Popular para la Planificación y el Desarrollo se generó el cambio de las autoridades del Escuela (FEVAP) y por consiguiente la desarticulación del equipo que andaba en la onda de la revolución.
Aunque el cambio de autoridades no tendría nada de novedoso ya que eso es la cotidianidad de la política, lo insólito de la situación es el modo que se efectúa su sustitución; el método que se emplea (violento, sin contenido de racionalidad humana y enfáticamente autoritaria), y la proyección del alcance de las razones didácticas-académicas para cambiar de un plumazo la programación de los cursos de especialización (clásico proceder de la IV República).
Es muy lamentable que los avances en el campo didáctico-docente fundados en los nuevos conceptos de la tesis del socialismo se vean frustrados. Decir, por ejemplo, que la Escuela de Planificación debe responder a criterios eminentemente de planificación es una contradicción. Esa es una apreciación tecnocrática y por lo tanto contra-revolucionaria. Además señalar que los programas de la especialización no tienen basamento científico sin leer su contenido es una aberración y un ensañamiento personal contra un equipo que si lo supo hacer.
Yo apelaría a la comunidad del área de influencia de la Escuela (Coche, El Valle, Fuerte Tiuna, Prado de María, El Cementerio) y al colectivo de aprendientes (otrora alumnos), facilitadores docentes, trabajadores administrativos para que emitan su juicio y sugieran por la vía de la apelación hacer los reparos debidos.
La Escuela Venezolana de Planificación no es un ente cupular burocrático que lo dirigen tecnócratas y académicos de la vieja guardia reformista, este es un ente de novísima inspiración popular con nuevos espacios a desarrollar en la perspectiva futura de la revolución. Es una entidad en la recta de las líneas de Chávez.
lunes, 16 de marzo de 2009
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